Una de las peores semanas de la historia ha sido para Tesla, marcada por la retirada de sus Cybertrucks del mercado EE.UU., una nueva caída en sus acciones, el descontento de más de 3.000 trabajadores en su fábrica de Alemania y el avance de su gran rival chino, BYD. Si el comienzo de año ya fue complejo para Tesla, el principal fabricante estadounidense de vehículos eléctricos (VE), debido a la abierta politización de Musk y el desplome de sus ventas y su cotización en bolsa, esta semana fue para el olvido.