
Adrián Simancas navegaba en su kayak por el estrecho de Magallanes, en el sur de Chile, cuando sintió un golpe en su espalda que lo levantó por el aire. Cerró los ojos y cuando volvió a abrirlos se dio cuenta de que estaba dentro del cuerpo de una ballena. «Sentí una textura babosa, que me alcanzó a rozar la cara. En ese momento, cerré los ojos esperando un impacto, pero sentí más bien como que me volteaba, no que me chocaba y es en ese momento me quedé tumbado», le cuenta a BBC Mundo el venezolano, de 23 años…