Un reportaje de Bloomberg acaba de arrojar luz sobre este reciente fenómeno. Hace no mucho tiempo, cuando caminábamos por un centro comercial y veíamos una sucursal de Starbucks, nos topábamos con algún grupos de mujeres que había salido de compras y hacía parada de recarga energética con un frappuchino, o a hombres trajeados tecleando frenéticamente en su portátil con un vaso lleno de café solo. Ahora sabemos que esa imagen mental que teníamos de su público ha cambiado. Ahora es más común ver a niños y adolescentes hacer fila por una bebida azucarada, un cambio generacional que la cadena…