La lechuga es un alimento muy común en las mesas chilenas, pues es un excelente acompañamiento para múltiples comidas y ensaladas, además de tener pocas calorías. Pero muchas veces cuando compramos más de lo que utilizaremos, estas terminan poniéndose rosadas, marrones o incluso viscosas en el refrigerador. ¿Qué hacer en esos casos? “La lechuga es muy delgada y frágil. Se descompone fácilmente y produce mucho líquido”, explicó a Huffpost, Trevor Craig, experto en seguridad alimentaria.