Probablemente hayas experimentado esta situación antes. Necesitabas inspiración, te enfrentabas a una decisión difícil o simplemente deseabas aclarar tus ideas. Se te ocurrió salir a dar un paseo para despejarte. Y lo mejor es que funcionó. Porque sí, lo avala la ciencia: caminar te ayuda a pensar mejor, organizar tareas y despejar la mente.