El reciente 28 de noviembre me topé en el diario «El País», de Madrid, con el siguiente título: «Mendoza, una ciudad bosque en el desierto gracias a las acequias urbanas». En ese artículo la arquitecta, urbanista y periodista ibérica Paula López Barba cuenta cómo el Gran Mendoza, un grupo de municipios al pie de los Andes, ha logrado ser, pese a su aridez, el cuarto conglomerado urbano de la Argentina con 1.300.000 personas en una provincia cuyos habitantes totales suman 2.015.000.
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‘ Mendoza, una ciudad bosque en el desierto, vista con ojos españoles