“Hace un tiempo que viene mal la cosa, los sueldos no alcanzan para comer, la ayuda estatal tampoco”, cuenta Noelia, de 38 años.Ella y sus tres hijos se alimentan con la ayuda del comedor comunitario Pequeños valientes, en el barrio El Claro, en Benavídez, ubicado en el llamado segundo cordón del conurbano de Buenos Aires, la zona con más población del país y el mayor número de «villas miseria» o asentamientos informales.“Menos mal que tenemos esto. A veces esta es nuestra única comida del día”, le dice…