Jon Rahm sólo tenía dos preocupaciones el martes. La primera ser puntual en la cena de campeones con la que el golfista español agasajaría en el comedor habilitado para los chaquetas verdes en el Augusta National al resto de ganadores, algunos ya retirados, del Masters de Augusta. «Tengo que atenderos, entrenar, otros compromisos… Espero llegar a tiempo», decía en la mañana nublada del pueblo de Georgia, cielo que pronostica lluvia para el jueves, lo que ablandará los greenes…