Un hecho: el exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, detenido el viernes en el asalto a la Embajada de México en Quito, está ingresado en un hospital de Guayaquil al que, este lunes, lo han trasladado desde ‘La Roca’, la prisión de máxima seguridad en la que ingresó el pasado viernes. Las razones que explican porqué el mandatario ecuatoriano ha ido a parar hasta allí son varias: desde que habría intentado suicidarse con una sobredosis de medicamentos hasta que se niega a comer en la cárcel.