Son momentos indeseables dentro del deporte, sobre todo en una disciplina de alto riesgo como el polo. De dramatismo, angustia. De conmoción. Pueden suceder accidentes en los que estén involucrados los cracks, los mejores jugadores del mundo, o los jugadores más terrenales. E incluso, los patrones, que suelen tener muy bajo handicap (muchas veces, 0 gol), andan a otra velocidad y pueden estar circulando lejos de la jugada, tomando una marca rival o limpiando el camino para los que trasladan la bocha…