El Gobierno estadounidense otorgó una subvención a ocho bancos de desarrollo comunitario y organizaciones sin fines de lucro para ser usada en decenas de miles proyectos para el clima y de energía limpia a lo largo del país. El plan tiene dos objetivos: ayudar a las comunidades más desfavorecidas a ahorrar dinero en sus facturas de energía y reducir la huella de carbono.