«Uno piensa que los días de un árbol son todos iguales. Sobre todo si es un árbol viejo. No. Un día de un viejo árbol es un día del mundo», escribió Haroldo Conti en una de sus páginas más hermosas. Y hablaba de los álamos, que viven más o menos un siglo; pero la idea tal vez les calce mejor a los olivos, cuya existencia puede durar milenios. En Mendoza quedan algunos. Como si sus raíces fueran antenas invertidas que captan mensajes profundos de la tierra, contar la historia de estos olivos es conectar con…
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‘ Los olivos mendocinos y su centenaria historia de muertes y resurrecciones