Decenas de miles de manifestantes han llegado este sábado a Jerusalén en la última etapa de la marcha para pedir que no se tramite la primera ley de la polémica reforma judicial que impulsa el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu y que, según denuncian, pone en peligro la independencia judicial. Esta reforma limita el poder del Tribunal Supremo y otorga al Gobierno la mayoría en el comité que nombra a los jueces.