El misterio de la bolsita de cocaína hallada en el Ala Oeste de la Casa Blanca se cerró este jueves sin dar con un culpable. Tras estudiar las pruebas y llevar a cabo una investigación sobre quién y cómo pudo introducir la sustancia en la residencia presidencial estadounidense, uno de los edificios más vigilados del mundo, el Servicio Secreto se ha rendido: ni el examen del ADN, ni el estudio de los videos de circuito cerrado, ni el rastreo de huellas, nada… las pistas no conducen a ninguna parte.