Actualmente es casi inimaginable. Una patrulla de policía moviéndose lentamente por tu calle, su altavoz resonando: “No tomen Tylenol hasta nuevo aviso”. Pero esa fue la escena en los suburbios de Chicago en el otoño de 1982. Los eventos que llevaron a esas advertencias helaron la sangre de millones de estadounidenses: una serie de asesinatos.