Me había despertado de buen humor y temprano, así que tuve que golpearme el dedo chiquito del pie con la pata de la cama. Mientras me retorcía de dolor, menté a las madres del mundo. Y de ahí, misterios de la psiquis, pasé al Día de la Madre: «Tengo que comprarle algo a la vieja -me dije-, pero ando sin plata». Entonces se me ocurrió ir rengueando hasta una de las tantas ferias populares del Gran Mendoza. Están que explotan. Cada fin de semana, miles de mendocinos se reúnen en alguno de los predios donde…
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‘ Bienvenidos a las ferias, mendocinos clase media