La mina chilena está en medio de un conflicto entre su antiguo y su nuevo socio: los japoneses Sumitomo y los australianos South32. Estos últimos acusan que su contraparte no se hizo cargo de pagar millonarios impuestos correspondientes a actividades previas a la operación de compraventa. La causa se está tramitando en la Corte Suprema de Nueva York y hace tres meses la empresa nipona respondió negando las acusaciones.