“El mar es salud”, era el mantra que mi madre me repetía cada verano durante mi infancia para que me bañara (mucho) en la playa, sobre todo en esos años de adolescencia en los que te apoltronas bajo la sombrilla (en mi época con un walkman, ahora con un móvil). No le faltaba razón. Y aunque su afirmación se basaba en una creencia popular que pasa de generación en generación, los principios de la talasoterapia van precisamente de eso. “La naturaleza del plasma sanguíneo evidencia nuestro origen marino.