Minutos antes de la medianoche del sábado, Tara Dower salió del bosque de Springer Mountain, en Blue Ridge (Georgia). En medio de la oscuridad, esta mujer de 31 años recorría con una linterna frontal el último tramo del Sendero de los Apalaches, un faro en la recta final de un viaje legendario. Con miles de kilómetros a sus espaldas, Dower se arrodilló y puso las manos en la meta sobre una placa de bronce que reza: «Un sendero para los que buscan la comunión con la naturaleza salvaje». El 21 de septiembre…