El Presidente llegó a La Moneda haciendo campaña para refundar Carabineros y hablando de wallmapu. Dos años después, el Mandatario puso la seguridad como la bandera principal de su mandato y se transformó en un aliado de la policía uniformada. El choque con la realidad, la penetración del crimen organizado y los homicidios contra funcionarios policiales lo obligaron a dar un giro. Ahora dice estar «orgulloso y desafiado» por el rumbo que tomó su administración, el cual, en pleno año electoral, espera que permee a todo el progresismo. E incluso a su flanco más a la izquierda.