Cuando la universitaria entró en la sala de chat para leer el mensaje, recibió una foto suya tomada hace unos años, cuando aún estaba en la escuela. Le siguió una segunda imagen con la misma foto, sólo que esta era sexualmente explícita y falsa. Aterrorizada, Heejin, que no es su verdadero nombre, no respondió, pero las imágenes siguieron llegando. En todas ellas, su rostro había sido unido a un cuerpo en pleno acto sexual, utilizando una sofisticada tecnología deepfake. Los deepfakes, que combinan el rostro…