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Batalla de Chacabuco, en la página Web del Ejército de Chile.

La Plaza de Armas en 1872.
La Plaza de Armas de Santiago, en esa época.
De Benjamin Vicuña Mackenna (1831-1886) (introducción en la "Antología de Colina")
Hace cien años que vive muerto entre nosotros Benjamin Vicuña Mackenna. Si es cierto aquello de "por sus obras los conoceréis", pareciera que debiéramos vivir deslumbrados por el quehacer en su corta vida.
Uno de sus libros más leídos es su Viaje de Valparaíso a Santiago, del cual hemos sacado el párrafo sobre Colina. En este viaje vibra cada pueblo, se vislumbran posibilidades magníficas, ricos minerales, lavaderos de oro y todo eso que se llama "progreso".
"Era un monstruo de la naturaleza, dice Rubén Darío; extraordinario, inagotable, rico en virtudes como en defectos. Dejó testimonio de todo, lo visible y lo invisible, lo antiguo y lo moderno, lo cierto y lo dudoso".
Por eso abrimos la sección Testimonios, de este libro, con sus palabras encendidas. Las cosas (y los libros son cosas), hay que empezarlas con brío. Y él fue el gran motor del entusiasmo nacional, como él no ha habido otro. He aquí a Colina desde los incas hasta los ochocientos, o sea los Larraín.

De: "De Valparaíso a Santiago."
Datos, impresiones, noticias, episodios de viaje.
BENJAMÍN VICUÑA MACKENNA.
Segunda edición. Leipzig, Imprenta de F.A. Brockhaus, 1877.


INDICE

"Los Ochocientos" | "Don Diego Larrain" | "La alameda de los Pintos" | "El espino i el álamo, el eucaliptus i la piedra azul" | "Los períodos de sequía i los períodos de lluvia" | "Los baños de Colina" | "Los brindis de Colina" | "Las danzas de nuestras abuelas" | "Los antiguos en el campo i en la ciudad" | "La hacienda de Peldehue" | "La irrigacion de Colina"-


COLINA
Distancia de Valparaíso: l64 kilómetros.
Distancia de Santiago: 20 kilómetros
Distancia de Batuco: 7 kilómetros
Tiempo desde Batuco: tren ordinario 15 minutos.
Altura: 1,594 pies.

"Los Ochocientos"

Fué el pago de Colina una de las comarcas mas densamente pobladas de la conquista, porque entónces corria agua por su rio, i la tierra, fertilísima de suyo, se cargaba de mieses. Era como Lampa, una colonia peruana, i de allí sacó Pedro de Valdivia su fiel paje "Agustinillo", hijo del cacique peruano Calacanta. Tenian tambien allí los peruanos un tambo o posada en el camino del Inca, i ese nombre se conserva todavía. El Tambo de Colina es la famosa hacienda de sandías que fué, hasta hace poco, propiedad de don Antonio Larrain Aguirre.
El pago de Colina volvia a poblarse en la época de la independencia, i esta hacienda fué la verdadera cuna de los ochocientos, es decir, de los Larrain i sus diversas ramas.
A mediados del siglo pasado, habia comprado, en efecto, esta estancia el opulento alcabalero mayor don Martin José de Larraín, i por su matrimonio con doña Josefa Salas, contrajo alianza con los Trucios i los Vicuñas, hijos de dos hermanas de su esposa, don Mercedes i doña Cármen Salas. Habíase hecho tan rápidamente la multiplicación de los panes, que uno solo de los hijos de don Martin José, que llevó su nombre i casó con la hija primojénita del marques de Montepío -doña Josefa Aguirre, -tuvo veintisiete hijos, i de éstos vamos a nombrar veintiuno solo para dar prueba de buena memoria: los otros seis los damos de barato. Hombres: -José Joaquin, asesinado por Paddock en 1832; José Antonio, Martin, Gabriel, Juan Crisóstomo, Juan de Dios, ayudante de San Martin, muerto gloriosamente en Cancha Rayada; Nicolas, Antonio, Ignacio, Pedro, Miguel, Bruno, Vicente (único i honorable resto que aun sobrevive). Mujeres: -Dolores, Manuela, Jertrudis, Cármen, esposa que fué del ilustre Las Heras; Mariana, Micaela, Mercedes, Josefa. Las tres primeras i respetables señoras viven todavía.

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"Don Diego Larrain"

Pero el verdadero usufructuario i heredero del predio de Colina, fué el último alférez real de la colina don Diego Larrain, tan conocido por sus fastuosas escentricidades, que murió sin hijos i con mas de trescientos sobrinos.
En cambio, don Diego tenia numerosísimos amigos de sus jenialidades de su mesa i de su bolsa. Mantenia una pequeña banda de músicos negros, i solia hacer sacar su mesa al camino real para lucir su vajilla de plata i convidar a todos los viajeros que pasaban por su puerta, cualquiera que fuera su condición. De noche dábales alojamiento en magníficas camas, hechas sobre cueros de vaca, a lo largo de los corredores de las
espaciosas casas de la hacienda; i cuando sus numerosos huéspedes roncaban a mas i mejor, sendas yeguas chúcaras disparaban por los patios arrastrando los cueros i las camas a que eran silenciosamente atadas... Cuando le agradaba algun guiso i queria reservárselo para sí solo, salpicábalo con su saliva en presencia de sus atónitos convidados, a los que decíales estallando en estrepitosas carcajadas: -¡Coman ahora, diablos!
Durante la reconquista de San Bruno, estuvo desterrado en Illapel, i allí finjia cartas de Fernando VII, en que lé trataba de "Querido Diego", i en otras ocasiones simplemente de "Dieguito". Leia él mismo en su tertulia aquéllas epístolas reales que, por lo común, terminaban con frases cariñosas de la mas cordial intimidad entre el cautivo de Illapel i el augusto cautivo de Bayona, todo con gran asombro de las sencillas jentes del valle de Cuzcuz. -"Darás finas memorias a Panchita"- decíale el rei por su esposa doña Francisca Solar, una dama bonita, pero ceceosa, estéril i sencilla, -"sin olvidar a Santiaguito", cuyo último era un sobrino que le acompañaba en el destierro i murió hace pocos años de senador del Reino. . . I luego, entre grandes arabescos i el inevitable "Dios te tenga en su santa guarda", ponia don Diego un Yo el Rei que dejaba boquiabiertos a todos los realistas del Choapa, acostumbrados a pronunciar el nombre del monarca sombrero en mano i santiguándose.
Despues de Cancha Rayada, hizo cargar de provisiones i hasta de leña una tropa de mulas a su capataz Elguea en Colina, i cuando ántes de la cumbre le llegó la noticia de la victoria de Maipo, dijo que "un caballero no volvia nunca atras", i se quedó un año en Mendoza...

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"La alameda de los Pintos"

A su regreso a Chile i a Colina, don Diego regaló su hacienda a su cuñada doña Josefa Aguirre, premiándola, como Luis XIV, por haber parido veintisiete niños, i a poco, el esposo de la última, don Martin Larrain Salas, reservándose para sí el Tambo de Colina, vendió el regalo conyugal al jeneral don Francisco Antonio Pinto, que allí se refujió rodeado de vacilaciones funestas a la libertad, en 1829. El precio de la venta fué 60,000 pesos, i como el jeneral Pinto plantase la alameda que todavía existe cercana a la estación, llamóse el lugar desde aquella época, la "Alameda de los Pintos".
En 1835, i por escritura de 16 de enero, vendió el jeneral Pinto el vasto predio, que media entonces mas de tres mil cuadras, a los ricos mineros de Tamaya don Fermin i don José Maria de Solar en 50,000 pesos al contado i 22,600 pesos a censo.
La distribucion de este censo es curiosa, i da una idea de la constitucion casi esclusivamente eclesiástica de la propiedad en Chile, durante la era colonial. Reconocia, en efecto, el fundo 5,000 pesos a favor de los arzobispos de Santiago, 1,000 pesos a favor del canónigo don Pedro Marin, 1,500 pesos del cura de Limache, 4,000 pesos del presbítero don Rafael Huidobro, 300 pesos de las monjas de la Victoria, 940 pesos de las Claras, 950 pesos de las Agustinas, i habia todavía una suma de 2,000 pesos destinados a misas en favor de las ánimas benditas.
Cuando un siglo ántes se habia vendido la hacienda vecina de Polpaico en 10,000 pesos, 1,000 de ellos correspondian a la hermandad de la Soledad, tan socorrida por la viuda de Pedro de Valdivia; 1,600 al Señor de Agonía de San Agustin (el Señor de la Quintrala), legado de un testador piadoso don José Elguea, i 1,700 a difuntos: la mitad del precio era de manos muertas, i ésta forma una proporcion que se presentaba raras veces, porque todos los predios rústicos i urbanos se vendian en los siglos xvI i xmI por el valor desnudo del censo i a veces solo por sus caidos. Chile colonial fué, en efecto, una inmensa capellanía, i por eso sin duda habria tantos capellanes...
Sucedia otro tanto en la propiedad urbana de Santiago; i cuando' despues del terremoto de 1.644, que no dejó una sola pared erecta, tratóse en cabildo abierto de trasladar la planta de la capital a Peñaflor, opusiéronse de voz en cuello los conventos, los monasterios i especialmente los síndicos, porque cada solar era una capellanía.
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La hacienda propia de Colina, donde se halla ubicada la estación, está dividida hoi entre tres propietarios, el señor José María Solar, que posee los terrenos que recorre la línea, el señor Lorenzo Claro i el señor Javier Varas Marin. Esta última hacienda fué propiedad del ilustre obispo Cienfuegos, por regalo de doña Francisca del Solar, viuda de don Diego Larrain i gran admiradora del prelado. Pero los tiempos de esos regalos de potreros ya pasaron en Chile, i luego, al paso que van los hombres, las cosas i el estanco, se acabarán "a la inglesa" hasta los de los cigarros.
Al rededor de la estacion i a lo largo de la alameda de los Pintos, se ha formado una poblacion o rancheria que hoi cuenta 241 habitantes. En el Tambo de Colina existe igual número - 234 pobladores, que tienen una escuela. Según Carvallo ( 1780), el partido de Colina media 1 16 leguas cuadradas, i era capaz de alimentar una población de 93,000 almas. En aquel año tenia solo 4,571 habitantes.
Colina parece palabra peruana; pero si es indíjena, proviene probablemente de collin, perdiz, i segun el padre Ovalle, no eran pocas las que hacian sus nidos a la sombra de sus densos e históricos espinales.
El escelente i andariego historiador conocia precisamente a palmos el valle de Colina, porque habia sido incansable "misionero de chácaras". -"Con estas salidas i misiones que hacia este fervoroso ministro de la gloria de Dios- decia de el padre Ovalle su amigo, contemporáneo i colega Diego de Rosales, en la Vida inédita i recien descubierta en Lima, que de aquel dejara escrita- conoció la necesidad que habia fuera de la ciudad de dar pasto a las almas que viven desamparadas por su pobreza i asi corria muchas veces todas las chácaras que están al derredor de Santiago".

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"El espino i el álamo, el eucaliptus i la piedra azul"

El hacha de tres siglos i las calorosas cocineras de Santiago, que ántes de las cocinas económicas quemaban leña en sus fogones solo por carretadas, han dado cuenta de esos impenetrables montes que maravillaban al mas antiguo de nuestros historiadores desde la cumbre del peñon de Santa Lucía. Pero sus tenaces renuevos aparecen otra vez en los potreros, i en algunas partes forman horizonte delante de la vista. El espino ha sido el árbol típico de Chile, i cuando los habia, los hombres eran, al parecer, de su madera.
Fueron de corazón de espino los hombres de la revolucion i de la independencia. Pero vino en seguida el álamo (segundo tipo), vistoso, pero de frájil i húmeda estructura, i por ésto no he quedado ya sino la raiceria. . . Hoi se presenta un tercer tipo -el eucaliptus-, i si es cierto que su follaje sirve para purificar la atmósfera malsana... bien venido sea!
Pero si el espino se ha acabado casi por completo en los alrededores de Santiago, ha quedado intacta en su centro la piedra azul de los corazones i del Santa Lucia, imájen y reflejo de ciertos duros bulbos que no laten sino que golpean la carne de los que a sus piés moran petrificados: en Santiago la mayor parte de las hipertrofias no son de sangre sino de piedra azul . . .
En cambio, se asegura que en la gruesa tierra de Colina, se da el blando eucaliptus de una manera prodijiosa. Se habla de uno de estos árboles de "Lo Arcaya", en tierras del simpático agricultor don Samuel Izquierdo, que presentaba una estension lineal de mas de tres metros de círcunferencia en su base, lo que de ninguna manera nos es estraño, pues hace pocos dias, hemos medido nosotros uno de los eucaliptus de Apoquindo, contemporáneo de aquellos, pero plantado en cerro, que ofrecia una superf'icie de 2,69 metros en la base i 2,8 a la altura de un metro. Fué hecha esta mensura el 31 de agosto de 1877: los eucaliptus de Apoquindo fueron plantados, hace doce años, por el señor Ignacio Javier Ossa.
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En otros años fué también famosa Colina por sus algarrobos, el árbol del desierto en la Arabia, en el Sahara i en el Perú, de tan robusta leña como es elegante i flexible su follaje, -abanico colosal de elegante follaje que la brisa estremece en las horas de fuego que en el estío abruman al caminante en estas cálidas rejiones.
De los algarrobales de Colina salió la mayor parte de las cureñás i armones de la patria nueva. Los de la patria vieja habíanlos sacado las Carreras de los nogales de las Urbinas i de otros árboles seculares de las quintas de Santiago.
I para que se vea cuán poco ceremoniosas fueron una i otra patria para fabricar las armas con que las defendian, copiamos aquí el decreto de proscripcion fulminado por el ministro Zenteno contra los seculares algarrobos del monte de Colina. Es una simple órden dirijida a su dueño don Vicente Izquierdo, que dice como sigue:
"Se ha comisionado a José Verdugo para la eleccion i corte de maderas adecuadas a la construccion de montajes de la artillería, i teniendo el Gobierno noticia de que las hai mui a propósito en la hacienda de Colina del dominio de Ud. me previene exija a Ud. a su nombre su beneplácito para que el encargado se introduzca a ella i estraiga la necesaria a aquel objeto; en la intelijencia que deben franquearse de donativo por la exhaustez del tesoro nacional que lo inhabilitará para comprarlas. Espera el señor director supremo haga a la patria este servicio distinguido, que se estimará siempre entre los mas recomendables - Santiago, abril 2 de 1817. - José Ignacio Zenteno".
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Tal era el llano desenfado con que en aquellos buenos tiempos, la madera ajena pasaba a la barraca de la patria, sin mas trámite que el del hacha i sin mas lei de espropiacion que el compas del fraile Beltran en la Maestranza, para convertir los nogales en cureñas, los algarrobos en armones, i los sauces de Castilla en pólvora de cañon i de fusil.
Presidia en Santiago todas estas milagrosas transformaciones el hombre estraño que acabamos de nombrar i al cual los godos, por ojeriza i en razon de lo enjuto de sus carnes, consumidas por la fragua i el fuego de interno jenio, habian puesto el sobrenombre de Puerta vieja, cuyo apodo dió lugar a una anécdota santiaguina que, por la vecindad en que nos hallamos de la ciudad mas cuentista de Chile, desde las monjas a los clubs, vamos en seguida a narrar a todo el correr del tren i la leyenda...

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"Los períodos de sequía i los períodos de lluvia"

Seria este el oportuno momento de nuestro itinerario al pasar por la "sedienta Colina", en el cual deberíamos detenernos para discutir con el lector, jeneralmente hacendado o comerciante en "frutos del pais", la gran cuestion de la humedad de nuestro suelo i de las lluvias i las secas, que tan profundamente perturban nuestra economía i preocupan al simple labriego, al estadista i al patriota. Pero, si bien podríamos entrar a fondo en esa cuestion para demostrar con la historia en la mano, que estos períodos de sequedad que tanto nos alarman, son un fenómeno antiguo, repetido muchas veces en cada siglo, preferimos reservar para otro jénero de publicacion los consoladores datos que de una época de 335 años hemos acopiado, desde 1541, en que Santiago fué fundado, que fué un diluvio, hasta 1875, que fué un páramo.- Bastará, por tanto, saber al lector que precisamente el año 1777, llamado el "año de los tres sietes" por nuestros mayores, i del cual el presente es cabalmente el centenario, fué de una espantosa sequedad en el país.
El hecho tenido hasta aquí por fabuloso, de que en Renca no se pudo decir misa en cierto día festivo por falta de agua para las vinajeras, es completamente cierto i está de sobra comprobado.- Ese dia fué el último domingo del mes de mayo de 1782, i la constancia de haber así sucedido existe en una acta del cabildo del 4 de junio siguiente.

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"Los baños de Colina"

La estacion de Colina es el apeadero mas inmediato para dirijirse a los baños termales de su nombre, situados a su frente en la falda de la cordillera i al pié del alto cerro de Cocalan (900 metros). Divísase desde los carros tres pequeñas colinas a la banda de la cordillera, llamadas de Comaico, i su posicion marca la entrada del cajon de los baños llamados las Aguas buenas (Les Eaux Bonnes de los Pirineos), por su benéfica influencia en las enfermedades del bello sexo i en los reumatismos. Su calor latente es, sin embargo, mui inferior al del pelambre de Cauquenes, porque no sube de 32° (calor natural de Santiago en ciertos dias del estío), miéntras que el último alcanza a 47°.- Sus aguas son salinas como las de Cauquenes, i contienen 0.23 por ciento de cloruro de calcio i 0. 13 de cloruro de sodium con algunos vestijios de iodo. La composicion de las aguas de Apoquindo es mas parecida a la de Cauquenes, i su temperatura es 9° inferior a la de Colina, - 23°.
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Son curiosas las ideas que la jeneralidad de los chilenos abriga todavía sobre el uso de las aguas termales. Tienen horror a las boticas i nunca beben el mas insignificante medicamento sin remilgos i sin consulta de médico. Pero van a los baños, estas admirables i a las veces terribles droguerías que la naturaleza brinda a la humanidad caduca i aflijida, por paseo, por humorada, por jarana, i así beben a destajo el agua de cualquiera fuente, o se bañan, mas o ménos, en cualquiera temperatura.
De aquí el oríjen de muchas enfermedades femeninas i especialmente de abortos prematuros causados por la escitación de las aguas de Colina, que señaló el Dr. Miquel, el primero que, junto con Grajales, se ocupara de esta grave cuestion de la medicacion por los baños termales. En cuanto a la manera de obrar de aquellas, "es un hecho --decia aquel facultativo (1859)-- bien apreciado que los baños de Colina no son aparentes sino para aquellas personas de un temperamento linfático i con poca enerjía vital, perjudicando jeneralmente a todos los de constitucion robusta, mui irritables i en los que el sistema sanguíneo está mui predominante; así, aunque suelen ser útiles para reanimar las partes paralizadas, es menester que estas personas sean de antemano preparadas, teniendo cuidado de poner agua fresca en una vejiga sobre la cabeza interin toman el baño, con especialidad en los que tengan predisposicion a la apoplejía i parálisis, los que nunca deberán emprender el viaje sin haber tomado de antemano el dictámen de un médico.
"En los dolores reumáticos i gotosos crónicos, para facilitar los movimientos de ciertas partes entorpecidas, en especial las articulaciones, i dar soltura i flexibilidad a los miembros anquilosados, las aguas de Colina son de notoria utilidad.
"Se usan interiormente con provecho para activar las dijestiones de aquellos individuos de una constitución débil o que han sufrido repetidos ataques de diarreas, como igualmente en aquellas personas sujetas a frecuentes acedías i dolores nerviosos de estómago, que suelen venir acompañados de vómitos i flatuosidades.
"En una ciudad como la de Santiago en que por tantas causas se padecen alteraciones en las funciones dijestivas, quedando el organismo débil e impresionable, las aguas de que vamos hablando alcanzan ventajas tales que solo las personas que las usan en la convalecencia de una disentería, despues de ataques repetidos de cólicos espasmódicos o de vómitos pertinaces, pueden apreciar sus maravillosas virtudes.
"Es innegable que la accion de las aguas de Colina, ya por su temperatura o por sus principios componentes, obran sobre el todo de nuestra economía, irritando i de consiguiente activando casi todas las funciones, i es por eso que predisponiendo a las conjestiones sanguíneas, se miran como nocivas, i en realidad lo son, en todos aquellos casos en donde existe irritacion jeneral o local, i en las personas que padecen o se hallan predispuestas a las conjestiones del cerebro, órganos torácicos i abdominales, i es de la precitada propiedad que la medicina se sirve para producir una irritacion en el sistema uterino de aquellas jóvenes débiles que sufren infinitos síntomas por el desarreglo, deficiencia, etc. Por la misma propiedad que queda espresada, es que aquellos esposos de una débil organizacion suele obtener la fecundidad, a la que se oponia un estado jeneral o local de deficiencia o languidez constitucional".
Como se ve, las aguas de Grajales (que así se llama la fuente principal de Colina) tienen la propiedad de acrecentar como las de Spa, en Béljica, la prodijiosa fecundidad de Santiago; pero ignoramos si en alguna de las rocas de sus quebradas existe la huella de la pisada de San Remacle -abogado de los vientres infecundos-, en la cual es preciso que la esposa estéril ponga su planta miéntras apura el líquido chispeante, insípido champaña de aquellas fuentes milagrosas.
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Los baños de Colina han sido usados i descubiertos con mucha posterioridad a los de Cauquenes, porque no los menciona siquiera el minucioso jesuita Rosales que escribió su historia en 1674, es decir, hace dos siglos; silencio tanto mas digno de tomarse en cuenta, cuanto que el historiador jesuita señala los del Principal, hoi tan injustamente desdeñados por la moda, i los de Bucalemu, desaparecidos talvez en algun trastorno subsiguiente de la costra terráquea.
Las termas de Colina fueron mui frecuentadas en la época de la independencia, principalmente por los heridos de las balas de la guerra o de las flechas del amor, bien que el pelambre de Cauquenes era el favorito de los veteranos en uno i otro caso. El famoso jeneral Brayer, a quien Napoleon I legó en su testamento de Santa Elena una suma de cien mil francos, estaba en esas termas el dia en que nuestra caballería, tristemente enredada por él en Cancha Rayada, arreó al Burgos a sable, lanza i lazo en las colinas de Maipo.
Pero Colina era mas propiamente en esas i mas recientes épocas un palenque de placeres, una "cancha de remoliendas", como seria mejor decir en el lenguaje de los lachos i de los perdona-vidas que la frecuentaban. Hace por ésto bulla todavía en el mundo de manton de la capital, una famosa cena de viérnes santo, en que unos mozos aturdidos por el vino i la depravacion de la orjía, parodiaron la crucifixion con un cerdo que para el caso habian condimentado. Añaden las jentes timoratas que todos aquellos infelices encontraron mui pronto desastroso fin.
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Es de todas suertes un hecho averiguado que las ideas hijiénicas i terapéuticas, es decir, curativas de las termas, comienzan apénas a abrirse paso en este pais tan ricamente dotado de ellas i tan indolente de suyo con los regalos profusos que le han hecho a porfía su cielo i su suelo. Los romanos reconocian en las termas una segunda vida, i Roma sola tuvo ochocientas casas de baños en tiempo de los Césares. Análogas ideas prevalecen en Europa desde los dias de Mme. Sevigné. Pero en Chile está por formarse la escuela de la curacion por aguas, i por ésto, sin duda, hemos comenzado "a paso que dure", por las agüitas...

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"Los brindis de Colina"

En los años de los pozuelos i de la confianza social, de los almofrejes de cuero i de las cazuelas en lebrillo, eran los baños de Colina i sus haciendas vecinas los sitios favoritos de los paseos campestres i de las alegres danzas, de las visitas de las familias "con cama i petaca". Todo ésto lo ha desterrado hoi el brocado en que se sientan nuestras damas, i las alfombras de Bruselas en que lucen su menudo pié sus graciosas hijas. Solo en los libros de los viajeros encuéntrase ya memoria de esos dias de cordialidad, i son dignas de leerse las alegres pájinas que un marino norte-americano, que pasó varias semanas en Colina en 1832, ha dejado sobre los pasatiempos del valle, su fácil sociabilidad i paz llana i tranquila. Sus héroes son dos grandes hacendados de Colina, que él Ilama don Vicente i don Ambrosio, i del último refiere anécdotas verdaderamente gráficas por su naturalidad. Entre otras, cita la de que, habiendo sido invitado a beber el último en casa del primero, levantó el vaso i pronunció el siguiente "brindis": Pues, señores, no tengo sed; tengo buen apetito, tengo buena salud, duermo bien, como bien, mi mujer no se queja. I ¿para que tomarlo? No quiero tomarlo. . . I volvió a dejar el vaso sobre la mesa sin probar su contenido, como aquel famoso correjidor de Rancagua que, habiendo recibido la visita del presidente Muñoz de Guzman en 1808, no se preocupó del vino de sus huéspedes, sino que satisfecho con el agua tan ponderada del Cachapoal, dirijió al supremo mandatario i a su corte el bríndis siguiente, que ha conservado la tradicion del delicioso rio:

¡Súbditos de Rancagua!
Dejad el vino, i bebed agua.
Aplicarse a la mamandurria...
I.........................

Cosa la última que callamos, pero que a todos hubo de suceder forzosamente si bebieron del agua del Cachapoal en la abundancia que la prescribia el homeopático correjidor que así les invitaba.

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"Las danzas de nuestras abuelas"

Los hacendados de Colina, estando al testimonio estranjero ya citado, tenian lindas hijas que bailaban con esquisita gracia el cuándo -danza majestuosa que desapareció de nuestros éstrados cuando aparecieron en ellos las retozonas niñas que hoi comienzan a ser abuelas- i la ájil perdiz, el airejentil i el travieso negrito, "bailes de chicoteo" precursores de la resbalosa, que murieron con nuestros abuelos. -El viajero ya citado i la lady inglesa María Graham nos han conservado la letra de aquellas danzas nacionales o nacionalizadas, cuyo andante o parte grave i acompasada en el cuándo, bailado con la solemnidad del minué, decia así:

"Anda, ingrata, que algún dia
Con las mudanzas del tiempo,
Llorarás como yo lloro,
Sentirás como yo siento.
¿Cuándo? cuándo?.
Cuándo, mi vida, cuándo?"

Al llegar a los dos últimos versos, las juveniles parejas echaban a los piés su apuesta pero finjida gravedad, i seguia un agradable retozo que participaba del wals aleman i del gaditano zapateo, haciéndose oir en ese intervalo la siguiente maliciosa estrofa, nodriza de matrimonios:

"¿Cuándo será ese dia
Y aquella feliz mañana
Que nos lleven a los dos
El chocolate a la cama?
Cuándo? cuándo?
Cuándo, mi vida, cuándo?"

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La perdiz era una danza mucho mas animada, i se bailaba como el cucíndo, por parejas.
El picaresco estribillo decia así:

"Ai! de la perdiz madre,
Ai! de la perdiz!...
Que se la Ileva el gato,
I el gato mis, mis...
Ven acá, ven acá, mis, mis."

O de esta otra manera:

"Ai ! de la perdiz madre,
Ai! de la perdiz!
Que se la lleva el futre
I el futre vení.
Vení para acá, vení."

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El aire era bailado en el aire, como la perdiz, i cada zapateo daba a luz una graciosa estrofa a manera de reto, i seguia el baile i el diálogo hasta el fin.
El galan rompia con la primera estrofa, que decia:

"Yo me enamoré del aire
I en el aire me quedé,
Y como el amor es aire,
Del aire me enamoré."

Dábanse vueltas i vueltas las parejas como en la zamacueca, i pasando de repente la jóven delante de su compañero, le decia en voz rápida i dulce, lenta o agraviada, segun su situacion:

"Tengo una escalerita
Hecha de flores
Para subir al cielo
De mis amores."

I entónces seguia el delicioso remolino de vueltas i revueltas entonando las cantantes al son del arpa i la vihuela:

Airé, airé i airó,
¿Quién te quiere mas que yo?

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En el negrito, las parejas se salian del salon persiguiéndose recíprocamente como en la gallina ciega; las lanchas, que se bailaban por una sola pareja i fueron inventadas por el cadencioso movimiento de éstas, segun don Jorge Juan, en la época del bloqueo del Callao por el almirante Spilberg en 1615, sobrevivieron a la colonia, así como el solitario malambo, que parecia un ataque de epilépsis, vino del Africa, donde los negros tienen un Dios de ese nombre.

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"Los antiguos en el campo i en la ciudad"

Tal era la vida del campo de nuestros mayores, que a la fé entendian mucho mejor que nosotros, así como ajustaban con mucha mas sagacidad sus hábitos a las estaciones en la hacienda i en la ciudad. Las familias santiaguinas regresaban a la capital precisamente en la época de frutas, de aguas, de verduras i de siestas, en que hoi la abandonamos, i salian de ella en la dura estacion en que nosotros nos quedamos para morirnos de pulmonías, pleuresías i catarros de todo jénero, -séquito obligado de la revuelta primavera.
Los patricios antiguos, jeneralmente grandes ganaderos (porque el trigo era plebeyo), dejaban la ciudad en el mes de setiembre, es decir, en la época de la trasquila i de los rodeos; permanecian tres o cuatro meses comiendo corderos gordos, que valian hasta un real, i regresaban invariablemente para Pascua, en cuya época Santiago se entregaba, a ejemplo de los españoles (pero teniendo la ventaja del caloroso estío a la del fríjido diciembre europeo), a la mas loca alegría. - Seguia la devota cuaresma, i para lograr del buen pescado, solian venir a la costa las familias acomodadas, regresando invariablemente en Semana Santa a cumplir con la iglesia.
Pero desde que Portales decretó que setiembre fuera el mes de las fiestas patrias, i desde que la moda puso en boga a Peñaflor, los santiaguinos han hecho una verdadera trocatinta de las estaciones, en la que todas las ventajas reales han quedado de parte de los antiguos, contentándonos nosotros con las ficticias, es decir, con la nada, que es el vivir de los modernos .

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"La hacienda de Peldehue"

Al pié de la "quebrada de los baños" i en sus pertenencias, existe la famosa hacienda de trigos de Peldehue, propiedad de los progresistas recoletos domínicos de Santiago, que aquí, como en Apoquindo, se han arrimado, a ejemplo de los romanos, a las saludables i productivas termas.
Peldehue quiere decir barriales, i de su fuerte greda salen las buenas sementeras, i de éstas los suntuosos templos como el que hoy terminan los ilustrados recoletos con el costo de medio millon de pesos, en Santiago.

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"La irrigacion de Colina"

La plaga secular del valle de Colina ha sido la sequía, como lo era de la otra mitad del valle del Mapocho, ántes de la apertura del canal de San Cárlos.
El canal del Cármen, labrado recientemente, no alcanza a remediar sino en parte ese daño, porque, en realidad, ese canal es solo una prolongacion o sucursal del primero.
Los padres de Peldehue i un animoso hacendado que posee las mejores tierras del valle, don Lisímaco Jara, se han puesto, en consecuencia, a la cabeza de una empresa que, si logra su objeto, solucionará, mucho mejor que las leyes sobre corta de bosques i sobre repartimiento de aguas, la gravísima cuestion de la irrigacion en el norte i en el centro de Chile.
Segun los planos de una represa, trabajados por el injeniero don Teodoro Lowey, en un sitio de las cordilleras de la hacienda de Peldehue, señalado por su hábil administrador el padre alsaciano frai Márcos Stiehrs, el costo de la obra seria solo de 65,000 pesos, en la forma siguiente:

En un tranque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .$ 43,000
En un canal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . $ 800
En un desagüe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .$ 3,500
En obras estraordinarias . . . . . . . . . . . . . . . $ 7,500
En arreglo del rio de Colina. . . . . . . . . . . . . $ 3,000
Suma total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . $ 65,000

Ahora, con relación a la cuestión de si cae o no en las cordilleras de Colina el agua sufiente para almacenarla, como lo hacian los moros en las Alpujarras i lo ejecutan hoi los ingleses en la India i los americanos del norte en California, el aluvion que puso en peligro la existencia misma de los baños i de sus moradores el 17 de abril último, da testimonio de que el agua puede sobrar ordinariamente ántes que hacer falta, en esta zona del pais.
Por lo demas, las tierras de Colina gozan de antiquísima reputación por su escelencia para el trigo. - Un hacendado de Chacabuco sostenia que sus granos se volvian "todos harina flor," sin una partfcula de afrecho, i otro labrador del valle propio de Colina, añade que cuando Dios acabó de hacer el mundo para el hombre, agregó: - "Hagamos ahora a Colina para el trigo". - I así fué hecho!
No han sido por ésto ménos famosos sus corderos, criados en pastos salitrosos, al paso que de sus animales de cuerno afirma el viajero Smidtmeyer, que no los habia mas corpulentos en las pampas arjentinas, de donde venia (1820).

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