MANUEL ROJAS DEL RIO Es, sin duda, el hueso duro de roer para sus competidores. Hombre de estas tierras, querido por su partidarios y por una población que lo recuerda como el que ha estado presente en cada funeral, como el que se ha sentado en la mesa --mezquina en tantos tiempos de crisis-- a compartir unas onces con té en bolsitas y pan con margarina.
El conoce a su gente y sabe cómo lograr el aprecio de esas personas, muchas veces rudas, conflictivas, dispuestas a "irse a las manos" en cualquier momento y con cualquier contrincante, pero que transforman esa rabia en amistad ciega y leal al ser tocados en su corazón con una sonrisa amable y un trato cordial. "Don Manuel siempre se ha preocupado de venir a vernos. Llega solo y calladito. Se queda mirando, sonríe y se retira". Relata uno de los tantos ciudadanos que ha sentido y visto su presencia de abuelo cariñoso, de Alcalde antiguo, de esos que se peinan para atrás, siempre sonriente y dando palmadas en la espalda de cualquier habitante de su pueblo-nieto. Pero la campaña no ha sido fácil:
Son las palabras de Don Manuel. Es su estilo. Quizás es una forma de decir, sin decirlo: ¡pídanme que me quede!.
Blanco de muchas críticas, incluso de candidatos de su coalición, ha sido catalogado como un mal administrador; como un Alcalde que no ha velado por los intereses de la comunidad; que no ha querido reconocer su incapacidad para enfrentar los cambios que conlleva el avance imparable de la modernización; como un señor que llenó la Municipalidad de ineptos; como alguien que realmente no ha hecho nada en concreto y que se ha atribuido gestiones ministeriales como realizadas por él durante sus períodos como Alcalde. Lo definen de Monarca y de Patrón de Fundo. Pero su gente, su pueblo de Colina, hace oídos sordos a esos ataques verbales y defiende a Don Manuel:
Lo conocemos y es un hombre tranquilo, quitado de bulla, que ha hecho mucho por la cultura y que ha estado en casi todas. Lo entendemos pero nos molesta el hecho de que no participe en debates públicos, como el esperado encuentro radial entre él y Mario Olavarría. No se entienden sus disculpas para no asistir. Resultaba indispensable el haber escuchado las posiciones de ambos. ¿Le tendrá miedo al lobo Don Manuel? ¿Al estar expuesto al análisis de la masa y de un candidato lleno de ansias por ser el próximo patrón de este fundo? |