Cristian,
de 35 años, vive en Santiago y hace varios años que
padece dolores de cabeza. Al principio no sabía cual era su
diagnóstico y podía frenarlo con aspirinas o paracetamol.
Pero su padecimiento se incrementó con fuertes jaquecas. Comenzó
a sentirse sin energía e incluso con una parálisis en
el lado derecho. Finalmente se atendió con un neurólogo,
que luego de varios exámenes sentenció una migraña
hemipléjica reversible como consecuencia de las recurrentes
jaquecas.
Éstas se producían por excesivo calor
o frío, olores muy intensos como el de la cera, bencina o químicos,
el humo del cigarrillo, la tensión y en el invierno, el smog
y la contaminación ambiental.
“Trabajo en pleno centro de Santiago, y la
presión de mi actividad laboral, sumado a la contaminación,
el ruido y el estrés hace que me acueste con jaqueca diariamente,
incluso muchas veces he despertado a medianoche del fuerte dolor”,
relata Cristian.
“La cefalea o dolor de cabeza es un síntoma
muy común. Lo ha sufrido casi el cien por ciento de las personas
alguna vez en su vida. Lo que duele no es el cerebro mismo, sino sus
membranas y los vasos sanguíneos”, explica la doctora
María Isabel Behrens, neuróloga del Hospital Clínico
Universidad de Chile.
Existen
distintos tipos:
1) Tensional: La más frecuente,
causada por las preocupaciones, el estrés de la vida actual
y otros factores. Se cree que lo que provocaría el dolor
es la contractura muscular de la nuca, de predominio en las tardes,
es de tipo constrictivo (como cintillo) y se calma parcialmente
con el reposo y analgésicos simples. Generalmente, es molesta,
pero el paciente continúa con sus actividades.
2) Cefalea vascular, migraña o jaqueca:
Generalmente afecta a un lado de la cabeza (va cambiando de lado),
de tipo pulsátil, como latido, compromete el ojo, se puede
acompañar de náuseas y vómitos, porque existe
también lentitud gastrointestinal. Hay irritación
con la luz y los ruidos. El paciente se alivia en reposo con la
luz apagada. Puede durar horas a días y ser muy invalidante.
3) Cefalea por hipertensión endocraneana:
Es muy rara. Se produce cuando hay un aumento de la presión
dentro del cráneo, por ejemplo si hay un tumor, una inflamación
con edema (hinchazón) o una hidrocefalia (retención
de líquido en el cerebro). En estos casos el dolor no va
y viene, sino que se instala y va en aumento hasta que se realice
un tratamiento para disminuir la presión.
La
doctora Behrens explica que la jaqueca tiene distintos
desencadenantes, tales como emocionales
(tristeza, estrés, rabia, pero también alegría),
consumo de algunos alimentos (alcohol, bebidas cola,
café, quesos añejados, edulcorantes, conservantes y
fiambres embutidos), factores físicos (viajes
largos, ejercicios, levantar peso, dormir mal o poco, actividad sexual),
hormonales y/o metabólicos (menstruación,
anticonceptivos, terapia de reemplazo de estrógenos, hipo o
hipertiroidismo, deshidratación, ayunos prolongados, hipoglicemia),
infecciosos (estados gripales, virosis, infecciones
instestinales), por drogas (vasodilatadores, tiroxina,
anfetamina, sulpirida, permolida y ritalina) y variables ambientales
(luz intensa o solar, cambios en la altitud, clima o presión,
ruidos u olores intensos, exposición permanente a televisión
o computadora, smog).
La baja concentración de oxígeno
produce dolor de cabeza, por lo que en ambientes contaminados por
smog, es probable que se desencadene cefalea tanto tensional como
vascular. Estos cuadros son tratados con analgésicos habituales
durante el episodio de cefalea. La contaminación acústica
también desencadena dolor de cabeza, así como cualquier
estímulo muy intenso.
Especialistas del Departamento de Neurología
y Neurocirugía del Hospital Clínico Universidad
de Chile están investigando las causas genéticas
de la migraña en colaboración con un grupo de la Universidad
de Bonn, Alemania, para conocer si existe un gen hereditario
involucrado en la enfermedad, ya que es muy común que los jaquecosos
tengan un familiar afectado de lo mismo.