¿Que
es realmente el 8 de marzo?
Si el miedo lleva a inventar historias espeluznantes, debe haber sido
él quien engendró la leyenda según la cual, en
un remoto y frío 8 de marzo (1908) varias obreras de la industria
textil de Nueva York murieron quemadas en un incendio provocado, en
la fabrica donde se encontraban en huelga contra las malas condiciones
de trabajo. Esa quema de brujas ocurrida a comienzos de siglo, dio
origen al día internacional de la mujer. Sólo que nada
de eso parece haber sucedido. No ha sido encontrado ningún
documento, ningún testimonio que permita corroborar una versión
que, además tropieza con un escollo histórico: el 8
de marzo de 1908 cae en domingo, día poco indicado para hacer
estallar una paralización de trabajo.
El
origen del 8 de marzo es otro y nada tiene de sacrificio, sino de
victoria. Descubrimiento sorprendente que apareció en un libro
lanzado en 1984, a catorce años de su publicación y
que todavía sigue siendo ignorado ¿Habrá sucedido
con el libro lo mismo que con el origen del 8 de marzo?, interesante
afinidad antológica hecho y un relato, que consiguió
finalmente convencer a la gente.
Como
sucede con muchos descubrimientos, todo comenzó por casualidad
en un verano de 1978 en Estocolmo, donde una librería feminista
consiguió interesar a una visitante en el tema del origen del
día internacional de la mujer, acabando por convencerla para
que, de vuelta a los Estados Unidos, buscara documentos al respecto.
Fácil, pensó la visitante, y se puso a indagar en bibliotecas,
archivos de periódicos, universidades, centros de documentación.
Pero
la búsqueda no fue exitosa. Nadie lo vio, nunca se escuchó.
Se sabe que existe pero no se sabe dónde. Comenzó así,
la fase alucinatoria de la misión y la futura autora de un
libro que nunca pensó escribir, empieza a sentirse "tan
fantasmagórica como el 8 de marzo", en un trabajo que
duró 6 años. Vale la pena señalar que en 1901
surge en los Estados Unidos la "Unión socialista de las
mujeres", cuya principal preocupación era convencer a
los socialistas que las mujeres podrían ser les muy útiles,
puesto que, como dijo una de sus portavoces ella se caracterizaba
por una persistencia que "no les daría reposo hasta que
no convirtieran a su país, a sus maridos y a sus amantes al
socialismo". Pero ni siquiera un proselitismo tan abierto pudo
conseguir las simpatías del partido para la reciente unión,
que fallece, sin pena ni gloria de cólera recesiva en 1904.
El
periodo comprendido entre los años 1904-1908 se presenta gris
para las segundas y florido para las primeras, que proceden a formar,
por cuenta propia los clubes de mujeres, que proliferan en los Estados
Unidos. La campaña por el sufragio femenino, así como
sus pretensiones de "educar a las mujeres para el socialismo"
son consideradas por los camaradas como cosas que se pueden "dejar
a un lado". Según las mismas mujeres, ellas no constituyen
en los partidos mas de un 20%. Del mismo modo la representatividad
de las mujeres como delegadas del partido no alcanza el incremento
esperado. Como se ve esta es una historia antigua.
Llegamos
a 1908 y nada del 8 de marzo. Pasa algo, pero es el día 3 de
mayo, no en Nueva York, sino en Chicago. No sé trata de una
huelga, sino de una jornada de las mujeres en el teatro Garrick, con
el fin de "movilizarse por el voto femenino y la esclavitud sexual".
Se trata del primer "Women's Day". La sorpresa aumenta cuando
se constata que en agosto de 1910 en Copenhague, con ocasión
de la segunda conferencia internacional de las mujeres socialistas,
Clara Zetkin, propone que "se siga el ejemplo delas camaradas
Norteamericanas por los derechos políticos de las mujeres y
que se instituya un día Internacional de la Mujer', sin indicación
de mes o día, para ser celebrado anualmente.
Por
lo tanto, esa celebración se realiza siempre los domingos por
razones no muy difíciles de adivinar. Hasta que llega el año
de 1917 y con él el primer 8 de marzo. Una gran cantidad de
mujeres trabajadoras, contrariando las ordenes del partido, que encuentra
que "todavía no es la hora", decide no esperar más
y sale a las calles de Petrogrado el 8 de marzo de 1917 (27 de febrero
según el calendario Ruso), participando la revolución
rusa. Esa es la verdad histórica, boicoteada incluso entonces,
pero que 2 proscritos, Troski y Kollontai, la dejaron documentada.
La decisiva participación de la mujer en aquella revolución
se demuestra además, en el hecho de que los primeros 8 de marzo
fueron llamados "Día Internacional de la Mujer Comunista".
El
agregado final se perdió a medida que la fecha se fue expandiendo
por el mundo occidental. Lo importante y lo significativo es que la
fecha no tiene su origen en un sacrificio de las mujeres sino en una
victoria de las mismas. El hecho de que se haya preferido la versión
victimista y no la versión real es una clara demostración
de como la historia se presta a maniobras sexistas. El eterno femenino
sufriente parece estar siempre más de acuerdo a las representaciones
de la mujer que el nuevo femenino reivindicativo.
¿Eva
o Lilith? La manipulación del nacimiento del 8 de
marzo evoca curiosamente la manipulación del origen de la mujer
dentro de la mitología Judeo-Cristiana. Eva es presentada como
la primera mujer creada dejando en la obscuridad un relato bíblico
anterior que señala que la primer mujer fue Lilith, figura
que, al contrario de Eva, se destacó por su autonomía
y por su insumisión. Al no concordar con la presentación
social de la mujer, ese origen fue condenado al "olvido".
Entre Eva ("destinada a parir con dolor') y las obreras de Nueva
York ("que perecieron entre las llamas") existe una semejanza
entre Lilith y las impacientes de Petrogrado.
A
las mujeres les corresponde decidir a quienes quieren parecerse.
Naumi A. de Vascolselos
brasileña, investigadora social y profesora universitaria
Artículo publicado en LeS VOZ No. 6