Luego
de la reciente elección Municipal se vislumbra un cambio en la comuna
que no tiene que ver sólo con el cambio de Edil.
Podríamos decir que el hecho del acto eleccionario nos ha hecho meditar
a todos respecto a la importancia de nuestra participación en la vida
de una comuna un tanto abandonada.
Todavía son muchos los nuevos vecinos que votan en su antiguo lugar de residencia, que "olvidaron" cambiarse, así como muchos otros sentían que Chicureo era independiente de Colina y su participación era nula o muy pasiva.
Resultará inevitable que en algún día distante Colina se divida en dos o más comunas, como sucedió con Las Condes que generó Barnechea y Vitacura. Esto está determinado por un cierto número de habitantes y por extensiones. Pero aunque éste sea el caso, por sobre las posibles comunas de "Chicureo", "San José de lo Pinto", "Alto Chicureo", "Colina XI" o cualquier otra, está el concepto de Provincia, concepto que Santiago perdió por un crecimiento descontrolado y por una estructura política que entrega poco poder a los Gobernadores e Intendentes, según sea el caso.
Chicureo en conjunto con Colina, Lampa, Batuco y los demás sectores, incluyendo Til-til, constituyen una Provincia diferente pero que, como todas las demás, carece de un ente aglutinante que dé coherencia a un desarrollo continuo, equilibrado y, sobre todo, estético.
A pesar de ser Colina la Capital Provincial, su Alcalde y el Gobernador están limitados. Pero no así la opinión de sus habitantes y las fuerzas que pueden generar actualmente. Esta es la función de las comunicaciones que tenemos hoy (las del mañana las pueden ver en nuestra página Humor) y el profundo sentido de ser "interactivos", esto es que una pregunta obligue a una respuesta y viceversa. Por ejemplo, en nuestras Páginas del Silencio ha quedado grabado lo que antes no había forma de dar a conocer: la falta de respuesta, la omisión y el disimulo.
Es primera vez que la "opinión pública" tiene un poder verdadero y es nuestra obligación --la de cada uno-- el utilizarla responsablemente, para que su utilización provea del respaldo necesario a nuestras autoridades y que así puedan llevar a cabo lo que la comunidad verdaderamente requiere.
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Editorial de Septiembre