Es
un hombre muy activo, el padre Nelson no para desde que se levanta hasta
que se retira por fin a descansar, ya que su vocación de servicio
a Dios y al prójimo no se lo permite. Siempre está atento
a lo que ocurre tanto en Batuco como en otros sectores de Santiago y
del país.
Proviene
de una familia muy católica, donde la misa era algo sagrado los
días domingo. Al contrario del resto de los niños, el
padre Nelson, nunca tuvo objeción en asistir a ellas, todo lo
contrario, le llamaba mucho la atención y la disfrutaba. Fue
así como poco a poco y, aproximadamente a los 12 años,
comenzó a participar en los grupos juveniles de la parroquia,
en actividades como retiros espirituales, obras de caridad y jornadas
de servicio. Colaborando en estas tareas, descubrió la congregación
Don Guanela, que posteriormente, escogió para trabajar y dedicar
su vida entera a Dios.
La decisión
no fue difícil, ya que con el transcurso del tiempo se dio cuenta
que estaba muy seguro de su vocación: "Tú adquieres
de apoco un abanico de posibilidades, por las relaciones con los amigos,
en la escuela, la parroquia y vas dedicando un poco de tiempo a cada
cosa", cuenta el sacerdote. Finalmente cuando cursaba III º
medio, expresó a sus padres la intención de ingresar al
seminario, situación que en un comienzo no fue muy atendida.
Pero pese a todo, el padre Nelson tomó la decisión. Luego
de unos cursos de verano, dijo en su hogar: "Voy a ser sacerdote".
Proveniente
de Rancagua, ingresó al seminario directamente a la congregación
Guaneliana. Según el padre Nelson lo que le gustó de esta
comunidad fue: "La simplicidad de la vida. Uno vive con los niños,
participa con ellos, es gente muy sencilla y en las otras casas es igual.
Aquí los niños no son pacientes, ni alumnos, sino que
están en casa, lo cual me gustó mucho, porque en todos
los hogares es algo característico". Esta particularidad
de vivir que posee el hogar, motivó al padre Nelson a escoger
su congregación.
Muchos
han sido los lugares que el sacerdote ha tenido que visitar: "Estuve
un año en Renca; tres años en Buenos Aires y un año
en Asunción, lugares donde me fue bastante bien. Luego tuve que
ir a Roma por 4 años". En ese lugar comenzaron las dudas,
extrañaba su hogar y la convivencia se hizo un poco dificultosa.
Tenía aproximadamente 24 años. Pero fue sólo un
momento de debilidad, claro que con fe y amor todo se logra, las dudas
se disiparon y el curita siguió adelante. Su experiencia arrojó
resultados muy positivos y así lo describe el padre Nelson: "La
estadía allá resultó muy buena y lo que más
me llamó la atención fue la programación, ellos
viven en función de la programación. Uno sabe desde el
primer día como terminará el último, lo que es
bueno por una parte, pero un poco esclavizante y cansador. De todas
maneras la experiencia de conocer otras personas, su pensar, su vivir,
es maravillosa".
La experiencia
dentro del hogar
Luego
de vivir 10 años fuera del país, el sacerdote regresó
a su tierra, Chile. En ese tiempo y a la edad de 28 años, le
entregaron la dirección del hogar. Ahora, pasado un poco el tiempo
recuerda: "Yo tenía 27 años cuando llegué
aquí y me hicieron superior a los 28. Llegaba a las reuniones
de comunidad y no tenía idea qué es lo que haríamos,
pero con el apoyo y comprensión de los otros curas que estaban
conmigo, logré comenzar un trabajo responsable y en equipo".
La labor
con los internos le gusta mucho y lo entretiene, incluso considera que
dentro de su tarea el mayor problema no son ellos, sino supervisar que
las relaciones del personal a cargo marchen bien y lograr que sea partícipe
de la realidad cotidiana. Finalmente lo logra: "La gente se compromete
con los chiquillos. Son personas pobres, sencillas que entregan cariño
y si por ejemplo hay que estar aquí a las 3:00 de la mañana,
ellas están", relate el sacerdote.
Su
estadía en el Hogar San Ricardo ha sido buena y provechosa, pese
a que al principio le costó un poco acomodarse. Recién
llegado de Roma, no conocía a nadie, pero poco a poco fue relacionándose
hasta encontrar contactos que le fueron útiles para sacar adelante
el establecimiento. Sobre el tema dice: "Hasta ahora conozco pocos
curas, pero ubico mucho más gente dentro de los Ministerios de
Salud, Educación, Justicia o en los hospitales". Gracias
a sus actuales relaciones, el curita ha logrado conseguir bastante ayuda
para sus internos. Cada año se realiza un evento en favor del
Hogar San Ricardo de Batuco y todo el mundo se mueve y colabora, tal
como lo vimos el día 23 de agosto en la "Gran Feria Gastronómica"
realizada a beneficio del hogar, en Las Brisas de Chicureo.
El diario
vivir del padre Nelson comienza a las 6:45 de la mañana, desde
ahí en adelante su jornada se divide entre capilla, oficina,
reuniones en el hogar o fuera de él, visitas a hospitales o lo
más complicado de todo, la obtención de dinero. Y él
mismo expresa: "Yo gano mucha más plata estando fuera que
dentro, presentando proyectos o contando historias".
Para finalizar
el sacerdote envió un mensaje a los vecinos de Chicureo: "Hay
bastante gente que tiene muchas posibilidades, pero tal vez es un poco
indiferente porque vive preocupada de otras cosas sin importancia. Por
favor, fíjense que pueden hacer algo por los demás".
Los objetivos
futuros, el padre no los sabe; sólo tiene claro que continuará
como coordinador de las casas de Chile por 3 años más
y debe tratar de hacerlo lo mejor posible. No le gustaría irse,
porque está muy apegado, pero sabe que su tarea es seguir con
la misión que Dios le encomendó.
Texto
y fotografía: Gina Tavano Delahay.
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