Inmobiliaria Manquehue, firma ligada a la familia Rabat, puso a la venta su edificio corporativo ubicado en el sector de Santa María de Manquehue, en la comuna de Vitacura.

La venta del inmueble se acordó en el última reunión de directorio celebrada en pasado 22 de marzo. Actualmente el edificio corporativo, ubicado especificamente en avenida Santa María 6350, se mantiene a través de un contrato de leasing suscrito por una de sus filiales, según se desprende de los estados financieros de la compañía, enviados a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

Fuentes conocedoras señalan que dado lo reciente de la decisión del directorio de la compañía de poner a la venta el inmueble ubicado en uno de los sectores más exclusivos de la zona, aún se están afinando los detalles finales de la operación. De todas formas, el directorio facultó la semana pasada al gerente general de la empresa, Fabian Wulf, y al gerente de administración, Martín Swett, la negociación y materialización de la transacción. Lo que sí está claro es que la operación se hará a través de la suscripción de un contrato de venta del edificio corporativo y posterior arrendamiento de una parte de dicho inmueble, a un plazo fijo de 10 años.

Este inmueble se suma a un terreno que la inmobiliaria de los Rabat puso a la venta el año pasado también en Santa María de Manquehue, uno de los pocos paños urbanizables aún disponibles para desarrollar algún proyecto en una zona residencial consolidada, que cuenta con una superficie de 67.964 metros cuadrados.

La venta del edificio corporativo se da en un contexto en que uno de los planes de la empresa es abrirse a la bolsa. De hecho, desde el pasado 31 de enero, Inmobiliaria Manquehue se encuentra inscrita en la Bolsa de Comercio de Santiago para emitir acciones.

Los ingresos de la compañía aumentaron 11% durante el 2017 respecto al mismo periodo del año anterior, pasando de $68.552 millones a $76.170 millones. Pese a las mayores ventas, las ganancias de la inmobiliaria bajaron en un 1,2%, pasando de $1.468 millones en 2016 a $1.450 millones en 2017. En los estados financieros, la compañía reconoció que “el 2017 fue un año de baja actividad económica, condición que afectó la demanda en la macro zona de Piedra Roja y Chamisero”.

Ante esta realidad, dice la compañía “tomó la decisión de bajar el ritmo de construcción, disminuyendo las unidades en stock, cuyo efecto se vio reflejado positivamente en las cuentas de inventario y en un menor nivel de deuda”.