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Publicado en Historia, Noticias el Jueves 27 de Julio, 2017

Las Canteras de Colina es declarado Monumento Nacional

Fuente: Las Canteras de Colina ya es Monumento Nacional

Por Luciano Ojeda / Cultura Mapocho

Vídeo publicado el 30 abr. 2013 por La Tercera

Catedrales, puentes y caminos han sido construidos por sus manos y por las piedras que van tallando. Su artesanía en la rocas se levantan y muestran a los Canteros con orgullo en el mundo. Una tradición e historia de 108 años que se ve amenazada con la aparición de inmobiliarias en el cerro Pan de Azúcar a la entrada de Colina y que busca desplazarlos de ese lugar

En una histórica y debatida sesión del Consejo de Monumentos Nacionales se resolvió declarar Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica a las Canteras de Colina y al poblado en que los canteros viven. Se trata de una resolución histórica debido a que los canteros de Colina son la única comunidad en Chile que en la actualidad vive completamente del trabajo que se realiza en torno a la piedra y que ha traspasado su oficio de generación en generación. No por nada llevan más de 125 años trabajando en las faldas del cerro Pan de Azúcar, a la altura del kilómetro 16 de la carretera San Martín.

La postulación del Poblado de la Canteras Colina, y de las canteras mismas, al Consejo de Monumentos Nacionales se había presentado hace ya varios meses y unos 300 vecinos y amigos de Las Canteras esperaban con ansias la resolución que ayer, 13 de enero de 2009, tomó, en votación dividida, el Consejo. El trabajo de levantar el expediente técnico, solicitado por el CMN, incluyó varias visitas de inspección y reconocimiento de los miembros del Consejo al lugar, además de una gran cantidad de otros documentos, cartas de apoyo de autoridades, vecinos, organizaciones y especialistas. Durante una de esas visitas, Susana Simonetti, historiadora y consejera de Monumentos Nacionales, que no conocía Las Canteras de Colina, sostuvo:

“estoy muy impresionada. Aquí hay saberes muy antiguos, una explotación en un medio ambiente bastante particular y una conciencia clara por parte dela comunidad de su vínculo con este recurso natural y con el ambiente en general”.

La declaratoria contempla la Zona Típica para todo el pueblo y las canteras donde diariamente desarrollan su trabajo. La protección que les brinda la Ley de Monumentos Nacionales les permitirá a los canteros conservar y defender su patrimonio cultural amenazado fuertemente por las empresas inmobiliarias que circundan el sector. Además, dos canteras actualmente en desuso fueron designadas Monumentos Históricos.

La resolución es una consecuencia directa del trabajo colectivo de varias organizaciones sociales, vecinales, de autoridades y dirigentes sociales que se que inició hace ya varios años. Entre los promotores de la iniciativa, además de los propios canteros, están el Consejo Regional de la Cultura y las Artes con su programa “Creando Chile en mi Barrio”, la Asociación Chilena de Barriosy Zonas Patrimoniales y la organización de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay, además de numerosos amigos y organizaciones preocupadas por el creciente deterioro de nuestro patrimonio cultural.

La fragua, indispensable para mantener las herramientas de cantería.

Entre las organizaciones que participan en la Asociación Chilena de Barrios zonas Patrimoniales, hay que mencionar a las organizaciones de Vecinos de Bellavista, de los Vecinos del Barrio Matta Sur, que también postula a ser declarada Zona Típica, los vecinos de Huertos Familiares de La Pintana, los vecinos del Barrio Dalmacia, del Barrio Guillermo Francke, del Barrio Yungay Norte, la Fundación Defendamos La Ciudad, la Fundación Víctor Jara, la organización Cultura en Movimiento, Gestarte y muchos más.

Durante el año recién pasado, y entre las actividades tendientes a conseguir la declaratoria de Zona Típica, los Canteros de Colina y los Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay habían firmado un protocolo de acuerdo y apoyo mutuo denominado Hermanamiento de Barrios, evento que se celebró en la plaza principal de Las Canteras y fue organizado por el Centro Cultural “Raíces de Piedra” y el programa “Creando Chile en mi Barrio” del Consejo de la Cultura y las Artes y la Asociación Gremial de Canteros, además de los Vecinos de Yungay. En octubre, entre otras actividades, se realizó por primera vez la Ruta de la Piedra, una Ruta Patrimonial por el centro histórico de Santiago en la que los Canteros de Colina contaron la historia e importancia de las Canteras en las calles y edificios de Santiago. En esa ocasión más de 60 personas caminaron y luego se desplazaron en bus a Las Canteras de Colina para conocer la rica historia del pueblo.

 

Un poco de historia

Primera página del libro “Los Canteros de Colina” de Rolando Abarca.

Los habitantes de Las Canteras de Colina son los herederos directos de los primeros canteros que llegaron a Chile en los tiempos de la Colonia. Los primeros canteros, artesanos españoles, habrían llegado a Chile en1556 con el objeto de reforzar el Fuerte Tucapel. Desde esos tiempos remotos, han contribuido decisivamente en la urbanización de Santiago, aportando con la construcción de la Catedral Metropolitana, la Iglesia de Santo Domingo, el Palacio de la Moneda, la Plaza de la Constitución, el Puente Cal y Canto, la canalización del Mapocho y las calles adoquinadas que aún sobreviven en el centro de la capital. Eso sin contar las piezas y obras privadas que en todos estos años han elaborado las manos de los canteros.

Originalmente los primeros canteros se habrían instalado en La Chimba, cerca de los dos cerros que sirvieron de canteras a las primeras construcciones sólidas de la capital del Reino de Chile. Aún hoy es visible el enorme trabajo que significó sacar la piedra de las laderas del cerro San Cristóbal y del Cerro Blanco.

Ya en el año 1979 los canteros decidieron mensurar su pertenencia minera y ésta fue ratificada en 1983 con la inscripción en el Conservador de Minas. Se trata de 300 hectáreas de terreno minero, en el subsuelo, que aseguran el trabajo a perpetuidad para los artesanos de la piedra, con innumerables recursos de basalto para la continuidad de la labor cantera de las siguientes generaciones. Actualmente la pertenencia minera, donde trabajan los canteros desde el siglo XIX, ha sufrido del arrollador embate de las empresas inmobiliarias y en parte de sus 300 hectáreas de predio superficial se instalaron a partir de 1997 los proyectos inmobiliarios La Reserva, Chamisero y La Sierra, generando un conflicto legal que aún no se resuelve del todo. Las empresas inmobiliarias pretendían expulsar a los canteros para explotar el suelo con la construcción de viviendas con valores que alcanzan hasta las 8.000 UF. El conflicto ha sido un gran obstáculo que la declaratoria de Monumento Nacional viene, de algún modo, a zanjar, a favor de los trabajadores y habitantes históricos del lugar.

Rolando Abarca. Foto: El Mercurio.

Rolando Abarca es el historiador local y es cantero, al igual que su padre y su abuelo. Es altamente probable que sus hijos realicen el mismo oficio. Rolando relata parte de su historia y del significado que para ellos tiene el trabajo de la piedra:

“Este trabajo se aprende desde niños y es exclusivamente masculino. Hay quienes se especializan en la extracción de las piedras, otros la moldean y los más talentosos realizan figuras como moais, esculturas, estatuas, piletas o lo que sea”, señala.

“Hasta 1884 nuestros antepasados trabajaban piedras que extraían de los cerros San Cristóbal y Blanco, pero cuando ya no se podía sacar más tuvieron que buscar otras fuentes como las de esta zona. Fueron siete canteros los primeros en llegar a la zona y todos los vecinos aquí descendemos de ellos, lo que provoca una situación muy particular porque da la sensación de que todos de una u otra forma somos parientes y así nos comportamos. Somos un pueblo unido”, relata Abarca.

Rolando, historiador autodidacta, comenzó hace años a recolectar información, guardar fotografías y conversar con los más ancianos para escribir el libro que … fue presentado el 2 de abril del 2015 en el Centro Cultural de Colina…, en el que relata en detalle la historia de los canteros desde que llegaron junto a los conquistadores españoles.

Por otra parte Luis Covarrubias, presidente de la Asociación Gremial de Canteros, sostiene: esta “tradición la llevamos en la sangre. Hacemos una pega que nadie más hace”.

Con 45 años, ya lleva 30 en las canteras. Su padre y su abuelo fueron los que les enseñaron a él y a sus hermanos las técnicas para ser adoquinero.

Rolando Abarca insiste:

“Yo creo que es un gen. Los niños nacidos aquí vienen con el golpe hecho, listos para trabajar. Eso no lo encuentras en quienes no son de aquí”.

Su familia también se dedica a esta labor.

“Delos doce hermanos que somos, los ocho hombres cortamos la piedra, las mujeres están casadas con canteros y los 30 sobrinos son artesanos”.

Una muy buena noticia para quienes están trabajando en la defensa y promoción de nuestro patrimonio cultural y en la visibilización de los oficios y tareas que, a veces invisibles a los observadores desprevenidos, contribuyen enormemente a configurar la ciudad en que vivimos.


Este texto ha sido elaborado a partir de varios artículos aparecidos recientemente en la prensa. Las imágenes también han sido tomadas de algunas notas de prensa que dan cuenta de las actividades desarrolladas por las organizaciones que apoyaron la declaratoria de las Canteras de Colina como Zona Típica.

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