Cuando en abril de 1972 el edificio de la UNCTAD abrió sus puertas, 37 obras de artistas y artesanos lo habitaban, haciendo de él un espacio cultural único para la época. Murales, tapices y esculturas fueron protagonistas en sus muros hasta 1973. Tras el Golpe Militar, gran parte de la colección desapareció, desconociéndose hasta hoy su destino.