Jorge Labra. Fotografía de Kiko Benítez.

Al frente de Ciudad Empresarial, Jorge Labra Benítez ha sido un protagonista del negocio inmobiliario y de la transformación urbana de Santiago. Pero salvo la inauguración del Hotel Radisson en este complejo en marzo pasado, este empresario ha mantenido un bajo perfil en medio de la reactivación del sector.

Y no es que la marea de inversiones y demanda que inunda el mercado le haya pasado por el lado. Al contrario, explica que ha estado concentrado en una serie de iniciativas que marcarán una “segunda generación” en este proyecto que cambió radicalmente un amplio sector de Huechuraba. Porque junto a la continuación de su giro de venta de terrenos para proyectos corporativos y arriendo de oficinas –tres de ellos partirán en 2005-, están en marcha otros planes de gran envergadura en nuevos ámbitos. Por un lado, construcción y venta de un edificio de alta tecnología que introduce un nuevo estándar en servicios, y la continuación de las inversiones departamentos luego de una positiva primera experiencia en sociedad con la constructora Almagro. Planes que podría aumentar de escala con la instalación de sedes de compañías extranjeras, de prosperar las avanzadas negociaciones en curso con un operador estadounidense.

“ Cuando partió Ciudad Empresarial en 1997, aquí la gente sólo veía el cementerio y población La Pincoya. Como definición, siempre hemos trabajado en generar zonas nuevas dándoles valor. Tenemos experiencia y creemos saber lo que se debe hacer”, explica sobre la filosofía que sigue a través de Hispano Chilena S.A. y como preámbulo a los planes que tiene en la mira, con el foco puesto en la expansión de la capital hacia el norte. En orden de desarrollo, las activas ventas en Piedra Roja y Hacienda Chicureo -que construye en Colina en sociedad con la familia Rabat-, los llevaron a concretar antes de lo previsto un centro comercial. Y a los dos colegios que ya operan se añadirán el Colegio Alemán, que ya compró un terreno, y un próximo acuerdo con un cuarto establecimiento de renombre, para así atender la consolidación con familias ABC1.

A esto suma la partida de un gran proyecto en la zona de Huertos Familiares, Til Til. Una pequeña ciudad que considera en total 4.500 viviendas con una inversión superior a US$ 133 millones. A la altura del kilómetro 34 de la Panamericana Norte, apostará a conquistar demanda de los estratos C2-C3 con productos de mayor superficie en un enclave suburbano (ver recuadro).

Finalmente, estudia el perfil de lo que será una urbanización en la zona de Olmué, V Región. “Aquí estamos en el análisis de mercado, en Huertos Familiares tenemos claro lo que vamos a hacer y en Chicureo ya lo estamos haciendo”, resume sobre sus principales proyectos. Ahora entra al detalle de las iniciativas con las cuales está convencido que 2005 será un año para recordar.

—¿Cómo se vivieron en Ciudad Empresarial los años de depresión económica y estancamiento del mercado de oficinas?

—Difícil encontrar siete años más malos en oficinas que los que hubo desde que partimos en 1997. Pero a pesar de la crisis, estamos contentos con los resultados, con el hecho de tener más metros cuadrados de oficinas que toda Vitacura, con una penetración de mercado interesante y un tremendo potencial.

—¿Cómo se reflejó la mejoría del mercado este año y qué esperan para 2005?

—Estamos terminando el año muy bien, muchísimo mejor que en diciembre de 2003. Hay mas cotizaciones, cierres y ventas. Los últimos cuatro meses han sido muy buenos en nuestros proyectos. Tiendo a ser optimista; dado que esta crisis fue tan larga, la demanda inmobiliaria no se acaba, sino que se posterga, y se ha acumulado.

—¿Cuáles son los próximos pasos en Ciudad Empresarial?

—2005 va a ser un año tan importante como el de la partida del proyecto. Van a estar en construcción entre cuatro y cinco edificios, con lo cual el nivel de desarrollo global va a bordear el 45%. Y con un mix de productos en el área central de oficinas, equipamiento, comercio, hoteles, y en todo alrededor de Ciudad Empresarial con viviendas.

—¿Qué proyectos de vivienda están desarrollando?

—En asociación con Almagro, hicimos un primer edificio de 60 departamentos – con productos en torno a 110 metros cuadrados desde 3.500 UF-, entregado en octubre. Es el primero de siete que contempla el proyecto Jardín de la Ciudad, y en los próximos noventa días partiremos con un segundo edificio con unos 70 departamentos con una gama de productos más amplia. Y si las cosas andan meridianamente bien, partiríamos con un tercer edificio, también en 2005.

—¿Y cómo piensan seguir adelante en el nicho de oficinas corporativas?

—El próximo año se iniciarán dos a tres edificios de particulares. En cuanto a los proyectos que desarrollamos directamente, vamos a partir con un segundo inmueble que se destinará a venta y arriendo de oficinas –tema en el que estamos trabajando fuerte-, y con una línea de edificios de alta tecnología y mayor valor agregado que opera con éxito en Europa y Estados Unidos.

—¿De qué se trata?

—Un proyecto específico es el edificio Box, cuyas obras inició Salfa hace dos semanas. Está diseñado con un alto estándar en equipamiento y tecnología desarrollada en asociación con NEC Chile. Tendrá 72 oficinas cuyos usuarios estarán provistos de todos los servicios, comunicaciones –telefonía, Internet, WiFi-, y un respaldo tecnológico al mismo nivel de una gran compañía. Este es el primer proyecto que se hace en Chile de estas características. Estará terminado en septiembre y lo hemos vendido un porcentaje importante en verde.

—En general ¿tiene considerado generar asociaciones con terceros?

—Estamos en conversaciones con una compañía estadounidense interesada en desarrollar una zona para que se instalen empresas extranjeras, aprovechando los tratados de libre comercio y la imagen de Chile. El concepto es que ellos diseñen el proyecto en conjunto con el cliente, y acá lo desarrollamos con un sistema de arriendo de largo plazo. Es una visión del negocio radicalmente distinta y ha sido un desafío tremendamente interesante.

El efecto infraestructura

Labra monitorea al día la revolución que viene en materia de infraestructura.

Ve a Ciudad Empresarial como un gran beneficiado por proyectos como la concesión de Américo Vespucio y el túnel El Salto-Kennedy, y en general por las obras que se construyen en la capital. “Va a estar en el ojo del huracán de infraestructura vial y la nueva línea de Metro: en dos o tres años el cambio va ser brutal en todo el sector norte. No concebimos un proyecto sin una buena infraestructura vial”, señala. Este concepto también se aplicó en Piedra Roja, que en sociedad con otros inversionistas en Chicureo abrieron el camino pie andino que comunica con La Dehesa.

—¿Cuáles han sido los resultados de venta en Piedra Roja?

—En los últimos tres a cuatro meses ha sido increíble la consolidación y el repunte de ventas. Entre sitios y casas, estamos vendiendo entre 15 y 20 unidades mensuales. Y en cuanto a las acciones del club de golf, partimos el año con niveles entre 10 y 12 ventas mensuales, y en los últimos meses hemos tenido todos los meses sobre 20 operaciones, por lo que esperamos terminar el año con más de 250 socios activos. Se nota un repunte importante y un desarrollo mucho mas rápido del previsto.

—Esta dinámica, ¿qué efecto ha tenido en los planes de desarrollo?

—Estamos aumentando el equipamiento. Partimos con la laguna, que ya tiene adjudicada su propuesta, y trabajamos en la arquitectura de un mall comercial, más pequeño que uno tradicional, pero que tendría asociado un gran supermercado, a lo que se suman los avances en el tema educacional.

—¿Cómo resumiría la estrategia que seguirá en esta cartera de proyectos de largo plazo?

-Tener un buen producto, ser competitivo y flexible. Aunque en el fondo soy de los que cree que manteniendo la idea original finalmente se va a hacer lo mejor, tampoco hago de eso un dogma de fe.

La ciudad que viene en Huertos Familiares

La familia Labra –asociada con las familias Olivares y Herrera–, están detrás de Altos del Huerto, el nombre con que bautizaron su antigua iniciativa de construir un gran proyecto habitacional al norte de Santiago. El punto de partida a su materialización lo dio el término de los trámites para recibir su aprobación como Zona de Desarrollo Urbano Condicionado (Zoduc).

“ Ahora estamos planificando la primera etapa, pensando en viviendas entre 1.100 y 1.500 UF orientadas a los segmentos C2- C3 en un concepto muy parecido al de Piedra Roja: terreno, áreas verdes, calidad de vida, buena infraestructura de acceso tiempos y un buen precio”, explica Jorge Labra. La idea es partir con una fase de 200 casas, punto de partida del plan de largo plazo que considera un total de 4.500 viviendas con una inversión superior a US$ 133 millones, planes que sus gestores están abordando luego de resolver las exigencias de infraestructura sanitaria e impactos viales.

Respecto del momento de la partida, el empresario indica que “si es que no sucede nada anormal, deberíamos iniciar el proyecto durante el primer semestre del próximo año”, y añade que en este objetivo, se encuentran en avanzadas negociaciones con un colegio “que esta asociado a una buena universidad”.

Altos del Huerto está concebido con una oferta de casas terminadas con una superficie promedio de 70 metros, pero con potencial ampliación hasta 100 metros, y en terrenos de 250 a 300 metros. “Si se compara con la competencia en Santiago, estamos agregando cerca de 200 metros de terreno libre. En suma, tendrá un concepto urbano más generoso con más áreas verde por persona y una calidad de vida mejor. Por lo tanto, tendremos un producto tremendamente competitivo para un mercado mucho más masivo”.