Instalar o no rellenos sanitarios cerca de las ciudades ha sido una discusión constante en Chile y en muchos países en el mundo. Claro que varias de las discrepancias se generan al confundirlo con lo que se conoce como vertederos o botaderos, donde el mal olor, plagas de roedores y enfermedades, son la constante. Exactamente lo opuesto de lo que en la práctica han probado ser estas opciones de tratamiento sanitario.

Basta sólo con hacer un breve recorrido por las instalaciones del relleno Loma Los Colorados en Til-Til, de propiedad de KDM, para darse cuenta que es posible realizar un trabajo adecuado con la basura y mejor aún sacar beneficios de ella sin afectar el medioambiente. De hecho, uno de los aspectos que más atrae de esta instalación -ubicada a unos 60 kilómetros al norte de Santiago- es que está perfectamente mimetizada con el entorno, con planes de mitigación de olor (el secreto es tapar la basura varias veces al día con capas de tierra), tratamiento de aguas y del gas metano que emanan de los desechos. Todo, coronado con el sobrevuelo vigilante de una bandada de cóndores que ha permanecido en la zona.

Claro que hay que tener en cuenta que KDM -empresa formada por el grupo chileno español Urbaser Kiasa- es como el alumno mateo de la clase, con el cual es difícil compararse: hace todas las tareas, está preocupado de relacionarse adecuadamente con su entorno y siempre está pensando en cómo diferenciarse del resto. Y esas son sólo algunas de las características que lo sitúan a la cabeza del trabajo de tratamiento de residuos en el país y en la región.

Trabajo

La firma puede darse el lujo de enumerar al menos cinco hitos que la sitúan como pionera en varias áreas relacionadas con el tratamiento de basura. Fueron los primeros en ingresar un estudio de impacto ambiental al sistema, antes de que incluso fuera obligatorio para todos los nuevos proyectos. De hecho, los ejecutivos de la firma recalcan que eso sirvió de modelo para los otros rellenos que han ingresado a evaluación con posterioridad.

En la lista también destacan otras acciones, como que fueron los primeros en instalar un sistema de impermeabilización para evitar el contacto de la basura con el entorno; los únicos que hasta ahora poseen un sistema de extracción de gas metano que emana de los desechos (con el que se podría producir energía eléctrica para unos 10 mil hogares); y el primero en Latinoamérica en poner en marcha un sistema de tratamiento de líquidos percolados con el que obtienen agua con un alto grado de pureza, apta para el riego. Además realizan investigaciones con la Universidad Católica de Valparaíso para evaluar la mejor forma en que el sector puede ser reforestado una vez que termine su vida útil, luego de unos 50 años más.

Todo esto, sin considerar que en cosa de días recibirán las certificaciones ISO 9000 y 14000, de calidad y trato con el medio ambiente respectivamente, convirtiéndose en el único relleno en la región con dichas acreditaciones. Así lo describe el máximo representante de Urbaser en Chile, José Cabrerizo, quien agrega de inmediato que están dispuestos a aprovechar cualquier nueva oportunidad que tengan el país para invertir en esta materia.

Ahorro

En el trabajo diario, la forma de operar del relleno es distinta a la de otros en el país. KDM invirtió unos US$ 35 millones en poner en práctica la instalación, que recibe diariamente unas 5.500 toneladas de desechos. Pero ese monto también consideró la construcción de un centro de transferencia en Quilicura, el más grande del mundo en su naturaleza, que está ubicado estratégicamente en la intersección de Américo Vespucio con la Ruta 5 Norte. Junto con eso invirtió en conjunto con Ferrocarriles del Pacífico (Fepasa) unos US$ 7,5 millones para poner en marcha un sistema de transporte ferroviario de basura desde el centro de transferencia hasta el relleno.

En la práctica, esto significa reducir los 250 viajes diarios que se efectuaban en camiones desde el centro de transferencia hasta el relleno a sólo 7 viajes en tren, pues la basura es compactada y enviada en contenedores con mayor capacidad. Esto posibilita una serie de beneficios partiendo por la reducción de costos, a la que suman disminución de la contaminación ambiental producida por el flujo de camiones; menor deterioro de la infraestructura vial y menor riesgo sanitario en el transporte de residuos, entre otros.

Por otro lado, han desarrollado una fuerte política de “buena vecindad” con los pueblos vecinos. El gerente general de KDM, Patricio Gaete, describe por ejemplo que la compañía llevó la energía eléctrica a la localidad de Rincón de los Valles, en un trabajo conjunto con la Empresa Eléctrica de Til-Til. También se ha trabajado con el pueblo más cercano, Montenegro, en la provisión de agua potable, materiales de construcción y compra de medicamentos para el policlínico. Junto a ello KDM ha privilegiado la contratación de los jefes de hogar de la zona que hasta antes tenía una alta tasa de cesantía.

Rentabilidad

Sin embargo, el trabajo de desarrollo en Chile y varios otros países de la región no es fácil. Para hacerse una idea, el pago total para el retiro de una tonelada de basura en Chile tiene un valor aproximado de US$ 8, cifra que en países de Europa o en Japón se eleva incluso sobre los US$ 100 por tonelada. Un mundo de diferencia. Con ello es precisamente con lo que las empresas pueden financiar las mejoras tecnológicas que se requieren.

Por ello, la firma está estudiando con mucho detenimiento la oportunidad que se abre con la venta de bonos de carbono a partir del próximo año. En eso tiene mucho qué decir, pues está en excelentes condiciones para vender en bonos la “descontaminación” que producen al quemar el metano que emana el relleno, pues es menos contaminante quemarlo que permitir que se eleve hasta la atmósfera, donde daña la capa de ozono. Por ello, esperan tener afinado un proyecto vendible durante 2005, principalmente por la alta demanda que se comenzará a generar por estos bonos en Europa.

En cualquier caso, Cabrerizo opina que en el largo plazo inevitablemente el mayor costo asociado al tratamiento de residuos tendrá que llegar a la ciudadanía. “Cuando las políticas del país vayan en el orden de incrementar nuevas tecnologías al problema de los residuos eso cuesta más dinero y al final va a salir de una tasa mayor de recogida de basura para las personas”.

El grupo Urbaser Kiasa es un holding formado por las empresas Starco, Demarco y KDM, cuya propiedad corresponde en un 50% al grupo español ACS-Dragados, a través de su filial Urbaser, y en un 50% a capitales chileno-norteamericanos de la compañía Kenbourne Ingeniería Ambiental S.A. (Kiasa).

Actualmente Urbaser cuenta con los más modernos rellenos sanitarios de América Latina. Atiende alrededor del 40% del mercado de la Región Metropolitana y más del 30% en el resto del país, lo que significa que presta servicios diarios a más de 4,5 millones de habitantes, de los cuales 2,5 millones son de Santiago. Posee una flota de más de 650 vehículos y emplea a unas 3.500 personas.

A través de Starco y Demarco realizan recolección de residuos domiciliarios, recolección de residuos industriales y comerciales, así como mantención de áreas verdes, aseo y vigilancia. En conjunto ambas compañías recolectan más de 100 mil toneladas mensuales y 1,3 millones de toneladas al año.

El grupo Dragados ha realizado servicios de este tipo en distintas ciudades iberoamericanas desde hace 25 años.

Aparte del relleno en Til-Til, KDM también tiene a su cargo dos rellenos sanitarios de menor tamaño en la Séptima Región.

Paralelamente buscan seguir creciendo en minería donde realizan el tratamiento de residuos peligrosos.