2004 fue el año del despegue de proyectos en el sector inmobiliario. Y dentro de un crecimiento concentrado en inversionistas locales, surge un operador detrás del cual hay una multinacional de peso. Se trata de Cargill, que asociada a la empresa chilena Micsa en el fondo West Andean Ltda., cerró con la familia Harseim la compra de 82 hectáreas de suelo urbano al interior de La Reserva, uno de los principales megaproyectos que se construye en el valle de Chicureo.

La adquisición representó del orden de 500 mil UF (unos US$ 15,5 millones) y es el punto de partida de los planes que apuntan a un volumen de inversión en torno a US$ 150 millones estimado a doce años.

“ Es una transacción sin precedentes en el Valle de Chicureo que valida a La Reserva como el mayor colocador de suelo urbano en la zona, y es uno de los negocios inmobiliarios más importantes del año”, señala Eric Harseim, presidente de Empresas Harseim, grupo entre cuyas inversiones destaca el Hotel Ritz Carlton en Las Condes.

Emplazada sobre 740 hectáreas, La Reserva está acogida a la normativa Zoduc (Zona de Desarrollo Urbano Condicionado) y fue la primera de la iniciativas aprobada bajo este régimen.

Planes de desarrollo

El objetivo de los gestores de Inversiones Inmobiliarias West Andean Ltda. (90% Cargill y 10% Micsa Gestión Inmobiliaria) es iniciar las obras en el primer semestre de 2005 con una primera etapa de casas terminadas y sitios urbanizados. “Es el proyecto más grande que hemos desarrollado y significa consolidar nuestro trabajo tomando posición en la zona donde está proyectada la mayor plusvalía en la Región Metropolitana por la excelente accesibilidad que ofrecerán los proyectos de infraestructura”, sostuvo el director de West Andean, Rodrigo Silva, socio de MICSA.

Esta empresa cerró en 2000 una asociación estratégica con Cargill, compañía que a su liderazgo mundial en las áreas agrícola y alimentaria, suma una división de negocios financieros e inmobiliarios, en el cual esté presente en Latinoamérica en países como México, Brasil y Argentina. En Chile, la sociedad entre ambas empresas materializó los primeros proyectos desde fines de 2001 con desarrollos residenciales en La Dehesa y Huechuraba de tamaño intermedio con inversiones entre US$ 5 millones y US$ 10 millones. Pero el proyecto en La Reserva aumentó la escala de su apuesta por el negocio inmobiliario en Chile, en el cual la inversión de firmas internacionales en el segmento de viviendas es prácticamente inexistente.

Consolidación

“El ingreso de Cargill y MICSA permite consolidar la totalidad del proyecto La Reserva, ya que implicará la ejecución de la infraestructura final que permitirá la plena conexión de todas sus áreas”, explicó el gerente de Negocios de Empresas Harseim, Roberto Pons.

Actualmente se está terminando la construcción del nudo vial de la Avenida del Valle con la Carretera San Martín, que junto con el inicio de la construcción del tramo que comunicará con el acceso a La Reserva, potenciará la conectividad con el resto de la ciudad, con una inversión por 150 mil UF como aporte a la red vial de la zona. Estos recursos se suman a los más de US$ 15 millones invertidos en infraestructura al interior de La Reserva.

Modelo de negocio

Mientras West Andean prepara sus proyectos, Empresas Harseim se dispone a lanzar en el área actualmente desarrollada de La Reserva una segunda etapa que comenzará a construir a partir de febrero. Ubicada en la porción oriente del valle cerrado donde se despliega la

Zoduc, esta fase comprenderá una oferta de 200 lotes con superficies entre 800 y 1.000 metros cuadrados con precios desde 3 UF/m2, que partirá tras la consolidación de la etapa inicial de 210 lotes urbanos, ya está vendida en un 80% y con las primeras 35 casas en distintos grados de edificación.

“ De esta forma, parten dos frentes de crecimiento residencial que aceleran el ciclo de inversión de La Reserva. Ambos desarrollos se mantienen bajo el espíritu y normas con densidades, subdivisiones, y conceptos de desarrollo regulados, lo cual mantiene el perfil diferenciado del proyecto en relación a los otros se construyen en Chicureo”, explica Pons.

Esto se une a la formación de un consorcio entre la Reserva y la constructora Salvador Hernández orientado a la construcción y venta de casas al interior del proyecto, anunció Harseim.

El modelo de negocio aplicado en La Reserva se basa sobre la venta de sitios urbanos, a la cual añade la oferta de una solución a la medida a cada cliente para la construcción de la casa, con la posibilidad de acceder a 100 modelos diseñados por importantes oficinas de arquitectura, esquema de proyecto llave en mano que sus gestores destacan como único en su tipo.

En cuanto términos del avance general del proyecto, el ejecutivo reconoce que su proceso de consolidación es más pausado y lento en el corto plazo, pero sostiene que a la larga sus habitantes “estarán insertos en un barrio con las características de Santa María de Manquehue con una mayor plusvalía y no con los pobres resultados asociados a proyectos en serie como San Carlos de Apoquindo y otras zonas de Santiago que se han desarrollado bajo el modelo loteos seriados sin variedad arquitectónica. Este concepto atrajo a Micsa y Cargill en relación a otras alternativas que evaluó”.