Después de varios meses de debates más bien teóricos sobre la conveniencia de que los bancos puedan constituir filiales para operar como AFP, el senador DC Andrés Zaldívar sorprendió a todos con una indicación a la segunda reforma al mercado de capitales (MK2) que plantea esa alternativa y, además, la opción de que, por la misma vía, los bancos funcionen como compañías de seguros de vida y generales.

Se trata, precisamente, de lo que querían los bancos y que había sido planteado varias veces en las últimas semanas por el presidente de la Asociación que los agrupa, Hernán Somerville. Además, el tema forma parte de la agenda prioritaria de este año para este sector, como ha dicho el mismo Somerville, que ha contactado a distintos actores para dar a conocer su postura.

Incluso este asunto se incluyó en las conversaciones entre la Asociación de Bancos y el ex coordinador de finanzas internacionales y mercado de capitales del Ministerio de Hacienda, Heinz Rudolph, a quien el gremio presentó un paquete de propuestas. Entre ellas estaban reactivar la discusión de tasa máxima convencional y que los bancos ingresen al negocio de pensiones y seguros.

El viernes, luego de que se informaran de la indicación de Zaldívar, los sectores involucrados no quisieron referirse públicamente al tema. En todo caso, por el lado de la Asociación de AFP, que encabeza Guillermo Arthur, hace tiempo que han hecho explícitas sus críticas a una eventual apertura a la banca, citando por ejemplo, un estudio del economista de la Universidad Católica, Jorge Tarziján, que ha señalado que el ingreso de la banca encarecería el sistema y el costo del servicio previsional para los afiliados a cambio de mayores posibilidades de consumo presente; produciría “ventas atadas”. Esto es, la comercialización conjunta de ahorro previsional y productos bancarios, “situación que terminará perjudicando las pensiones, ya que éstas se concretan en el largo plazo, mientras que los productos bancarios son de uso inmediato”, señala Tarziján. Aparte, agrega, de dar cuenta de “evidentes conflictos de interés en la administración de distintos fondos, que puede perjudicar la rentabilidad de los ahorros previsionales”.

En el gobierno, donde tampoco se quisieron referir a la indicación de Zaldívar, en todo caso recuerdan que, de acuerdo a la Constitución, el tema previsional sólo es de iniciativa del Ejecutivo. Agregan que no se puede dar a los bancos tantas opciones de negocios (tienen fondos mutuos, corredoras, fondos de inversión, etc.) sin antes legislar sobre conglomerados financieros, cosa que ya señaló en su oportunidad el superintendente de AFP, Guillermo Larraín.

Algunos críticos a la entrada de los bancos, presentes no sólo en las AFP sino que también en el gobierno, señalan no entender la postura de Zaldívar, ya que el parlamentario también se ha mostrado partidario de que el INP se convierta en AFP estatal e incluso trabaje en conjunto con BancoEstado en esta labor. Lo cierto es que el tema ya se instaló en la discusión, a través de la primera iniciativa concreta sobre el punto.