Por Alex Farfán L.

Los ajustados cálculos realizados por el gobierno para hacer calzar la entrada en operaciones de las principales obras de infraestructura con el último año de gestión del presidente Ricardo Lagos, comienzan a cuadrar. Y pese a que ayer el Ministerio de Obras Públicas (MOP) rechazó categóricamente que los adelantos en las autopistas urbanas tienen una connotación político-electoral, lo cierto es que las autopistas urbanas y, además, la línea 4 de Metro estarán entregadas al filo de la próxima elección presidencial de diciembre de 2005.

Por contrato, todas las vías concesionadas en Santiago –a excepción de Costanera Norte- deben estar en listas durante 2006. Sin embargo, el interés del sector privado y la celeridad requerida por el gobierno permitirá tener los proyectos terminados entre noviembre y diciembre del próximo año, a lo menos seis meses antes de lo estipulado. Un esfuerzo que además de satisfacer a la autoridad, reducirá la congestión, los impactos viales y generará retornos adicionales por el cobro de peajes.

“ Si las empresas terminan antes las obras y cumplen todos los requisitos, pueden empezar a cobrar peaje antes de lo previsto sin que se acorte el contrato de concesión. Esa es una motivación importante, porque mientras antes empiecen más ganan”, explicó Aldo Reyes, analista de la clasificadora Humphrey’s.

De acuerdo a las bases, en las licitaciones no se fijan fechas para iniciar los cobros, sólo se consignan plazos finales para la entrega de las obras. Por lo tanto, cualquier adelanto no implica negociaciones posteriores ni problemas contractuales.

Por ejemplo, la concesión de Vespucio Norte Express partió en 2002. Y, si bien en ese mismo contrato se estableció que la puesta en marcha definitiva era abril de 2006, el avance de las obras prevé que la autopista funcionará plenamente en diciembre de 2005. De hecho, a fin de año entregará un primer tramo, con un año de antelación. Si ello efectivamente ocurriera, la concesionaria unos 4 meses en los cuales percibirá ingresos adicionales.

Un caso similar fue el de la Red Vial Litoral (Cartagena-Algarrobo) que adelantó en tres meses (a febrero de este año) su funcionamiento para aprovechar el alto flujo en el período de vacaciones.

Caso emblemático

El MOP descartó que este adelantamiento signifique un pago adicional del gobierno para las empresas. “No estamos negociando eso con las autopistas. Los trabajos están avanzando de acuerdo con lo programado y en algunos casos incluso más rápido, por las condiciones específicas de cada autopista”, sostuvo el ministro Javier Etcheberry.

Pero, pese a no existir aportes directos o premios adicionales, sí existen incentivos indirectos para las firmas que saquen adelante las propuestas en menor tiempo.

El caso de la autopista Vespucio Sur es clarificador. Esta concesión, que considera la construcción de dobles calzadas expresas entre Avenida Grecia y la Ruta 78, sufrió retrasos en su diseño por la incorporación tardía de la línea 4 al proyecto. A fin de evitar que se postergara la entrada en operación de esta etapa del ferrocarril urbano hasta 2006, el MOP -en acuerdo con Metro- decidieron suscribir un contrato directo –a través de convenio complementario- con las constructoras Sacyr y Necso. A cambio, las dos empresas españolas –que son las dueñas de Vespucio Sur- se comprometieron a entregar las obras en plazos récord y sin pasar de diciembre de 2005.