Tras más de una década del sistema
de concesiones, con el cual el gobierno logró traer la inversión
privada tanto nacional como internacional para hacer una importante
mejora a la red vial, aeroportuaria y portuaria del país, estamos
viviendo los últimos “movimientos de tierra” relacionadas
con grandes obras de infraestructura. El próximo año
concluyen los trabajos de las autopistas urbanas y para muchos con
ello también se cierra un ciclo. ¿Y después de
eso qué? Los megaproyectos
que restan por materializar son contados con los dedos de una mano,
como el Puente Chiloé y El Salto-Kennedy.
Por eso todos los participantes de la industria están analizando
la forma de reenfocar el sistema para buscar nuevas alternativas y
así mantener los mismos niveles de inversión y de crecimiento
que ha mostrado hasta ahora, además de mitigar el impacto en
otras áreas que se han desarrollado al alero de las licitaciones.
Es que las obras en concesiones a la fecha han involucrado recursos
por más de US$ 6.000 millones y permitió que otros sectores
crecieran, como el sistema financiero y de proveedores de materiales
de la construcción. A
inicios de los 90’, el déficit de infraestructura era
valorado en US$ 11.000 millones, lo que implicaba una pérdida
en competitividad que alcanzaba US$ 1.710 millones anuales. Para enfrentar
esta situación, el ministerio de Obras Públicas (MOP)
promovió la Ley de Concesiones, donde se invitó a los
privados a participar en las inversiones del sector bajo la modalidad
de contrato tipo BOT (Build Operate and Transfer) donde el concesionario
construye, opera y transfiere la obra al Estado una vez que termina
dicho vinculo. Y los resultados
están a la vista. La inversión saltó desde
US$ 250 millones a más de US$ 1.000 millones, mientras que 130
kilómetros de doble calzada se pasó a 1.800 kilómetros
en todos estos años, además de la generación de
once mil empleos directos durante todo este periodo. La primera concesión
fue el Túnel El Melón, adjudicado en 1993 e inaugurado
dos años más tarde, tras lo cual se produjo la licitación
de toda la Ruta 5, las principales carreteras interurbanas, aeropuertos
y puertos, hasta las futuras autopistas urbanas.
Fin de un ciclo
“
Es indudable que el tema de las grandes inversiones concesionadas están
en gran medida acotada”. Esa es la opinión del presidente
del Comité de Concesiones de la Cámara Chilena de la
Construcción (CChC), Enrique Méndez, quien agrega que
el sector está entrando en una nueva etapa lo que obliga a ser
más “creativos”. Por su parte, el titular de la
Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública
(Copsa), Claudio Hohmann, reconoce que con el término de la
construcción de las autopistas urbanas se cierra una primera
fase en concesiones, tiempo en el que se realizaron la mayor parte
de las grandes y más urgentes obras que requería el país. Por
esto, hay una especial preocupación por el impacto que podría
provocar este descenso en los trabajos en otras áreas de la
economía. El director
comercial de Cemento Melón, Erico Zursiedel, señaló que
ya el próximo año la magnitud de las obras va a ser menor
a las vistas con anterioridad. “Si uno calcula los proyectos
que hoy están en construcción versus los equivalentes
proyectos concesionados urbanos para el próximo año,
las cifras en consumo de cemento caen en forma importante”, apuntó.
Según los cálculos de la empresa, este año los
despachos de cemento para proyectos de concesiones alcanzarán
los 235 mil toneladas, mientras que ya en 2005 la cifra baja a 185
mil toneladas. Sin embargo, Zursiedel
dice no estar preocupado por este hecho, ya que espera que otros
mercados como los proyectos de celulosa, centrales
hidroeléctricas, centros comerciales (Costanera Center), y especialmente
el negocio inmobiliario, deberían actuar en compensación
en la baja de concesiones. “Vemos que proyectos, que habían
estado por muchos años rezagados, como infraestructura productiva,
servicios de tipo comercial, y particularmente el tema inmobiliario,
están reflotando dado el crecimiento del país. Si se
recuperan los índices de construcción de cinco o seis
años atrás no deberíamos estar preocupados”,
enfatizó. Otro de las áreas que puede tener un impacto es la financiera,
y particularmente el de los bonos de infraestructura, mercado que nació en
los últimos años gracias a las concesiones. Desde
1998 hasta la fecha, distintos proyectos han colocado recursos
por más de US$ 3.000 millones bajo esta modalidad, tanto en
el mercado local como internacional. Para el analista Cristián
Fuenzalida (FitchRatings), el impacto en la baja de grandes obras es
que compañías de seguros de vida o de rentas vitalicias –que
utilizan los bonos- tiene relación a que no van a tener activos
donde colocar sus flujos a largo plazo. “Van a tener que optar
por otro tipo de instrumentos, ya sea del Banco Central o por ejemplo
Ferrocarriles, ya no va a haber una gran oferta de papeles largos”,
explicó. Pero el ejecutivo
tampoco se mostró tan pesimista frente al
tema, ya que las concesiones de proyectos más pequeños
pueden darle un valor agregado al mercado local. De la misma forma
concuerda Enrique Méndez, quien señaló que la
banca nacional ha participado poco del proceso de financiamiento de
las concesiones, y sólo en el último tiempo se ha involucrado
más en el tema, “recién ahora está llegando
a un nivel de conocimiento del sistema de concesiones, y a pesar de
que el nivel de actividad no se mantenga, puede tener un mercado más
amplio porque lo está entendiendo mejor”, explicó. El
director de Mercados Emergentes de Infraestructura Global y Finanzas
de MBIA, Hai Hoang, realiza una positiva evaluación del sistema
de concesiones pues ha demostrado que gobierno y privados pueden trabajar
juntos en un modelo que tiene impacto social. Considerando que los
grandes proyectos se acaban, evalúan participar en el financiamiento
de la segunda generación de proyectos de infraestructura e incluso
expandirse a otros rubros. En
cuanto al empleo, son muy pocas los datos que se maneja en la industria.
Algunos consideran que los puestos de trabajo que se han creado no
son tan relevantes comparados con los recursos invertidos, debido a
la alta tecnologización de las obras. Según los datos,
a la fecha el sistema de concesiones ha creado unos 11 mil empleos
directos, y por proyecto el peak de mano de obra contratada alcanza
los 600 a 800 trabajadores, por eso no estiman que haya un impacto
muy fuerte.
Según Camilo Rojas, Coordinador General
de Concesiones, existe una especie de “mito” en que sólo
los mega proyectos mantienen el mercado de concesiones, lo que no
es así ya que
existen una serie de obras a futuro que pueden servir para disminuir
el déficit de infraestructura del país a largo plazo.
Por esto, en los próximos días el MOP presentará su
cartera de proyectos 2004-2005 que alcanza US$ 1.800 millones, además
de otras iniciativas en estudio que abarcan US$ 1.200 millones.
Futuro
Claudio Hohmann señala que una segunda fase
de concesiones va a estar dada por proyectos fuera del ámbito
tradicional de las licitaciones interurbanas y urbanas, como los edificios
públicos, cárceles y recintos hospitalarios; a lo que
deberían sumarse las mejoras en los megaproyectos que restan
como el Puente Chiloé. Por su parte, Enrique Méndez,
sostuvo que para mantener los niveles los actores de la industria deben
involucrarse más y ser más creativos. “Está más
difícil mantener el nivel de actividad que se ha visto especialmente
ahora cuando terminen las autopistas urbanas, pero hay que ser más
creativos y están las posibilidades, está todo el tema
de educación, salud, edificios institucionales, mantenimiento
de carreteras fiscales, ferroviario”. Para
eso, Méndez explicó que la CChC está analizando
junto al gobierno la forma más efectiva para agilizar y materializar
los proyectos de iniciativa privada. Según un estudio del gremio,
en etapa de proposición se encuentran nueve proyectos de concesiones
presentados por las propias empresas al ministerio que abarcan una
inversión cercana a US$ 350 millones. En
tanto, Rojas se muestra esperanzado en que la cartera de proyectos
cumpla con las expectativas de los inversionistas, “creemos que
nos podemos mantener en los mismos niveles de inversión que
a la fecha hemos tenido, que son del orden de US$ 600 millones anuales
como promedio”, declaró. Para este año se serán
unos US$ 675 millones de inversión real. El
personero señaló que dejando afuera algunos proyectos
que ya están licitados o en pleno proceso, más alguno
que puede no genere expectativas, las obras podrían alcanzar
US$ 1.000 millones en inversión. Dentro de los proyectos destacables
están el grupo de cárceles 4, puerto terrestre, estación
de trasbordo, y el plan maestro de aguas lluvias para la capital, que
abarca unos US$ 400 millones. “Tenemos una propuesta por mantener
obras viales, extendernos mucho más a regiones, hay una diversificación”,
explicó. Y para los próximos años, se deberían
sumar las obras relacionadas con el plan Transantiago en regiones,
a edificación pública en todo Chile, y los colectores
en las principales ciudades del país.
¿En manos del
Estado? |
Al momento de iniciar
las concesiones, siempre se resaltó que una vez que los operadores privados
terminaran sus contratos las grandes obras de infraestructura quedarían
para el país y para ser aprovechadas por todos los chilenos.
Incluso, cuando el Ministerio de Obras Públicas (MOP) convocó a
empresas nacionales y extranjeras a participar de este novedoso
sistema a principios de la década de los 90’, el concesionario
debía financiar, construir, operar y transferir la obra
al Estado al término del contrato, bajo la modalidad denominada
BOT.
Sin embargo, la pregunta sobre si realmente en alguna oportunidad
el Estado iba a administrar dicha infraestructura, o continuamente
estarían bajo el manejo de las empresas, nació tras
el anuncio de llamar a construir un nuevo acceso al aeropuerto
Arturo Merino Benítez (AMB), donde quien se adjudicara dicho
trabajo iba a operar también la actual entrada al terminal
aeroportuario, una de las primeras concesiones que debía
volver a manos estatales (2008).
El titular del MOP, Javier Etcheberry, fue categórico al
señalar que “ha sido tan bueno el sistema de concesiones
en Chile que no puedo imaginar que a futuro no se reliciten las
obras”. El personero de gobierno agregó que debido
a que el país va a seguir creciendo, la infraestructura
será nuevamente licitada solicitando mejoras y ampliaciones.
La idea es reafirmada por el subsecretario de Obras Públicas,
Clemente Pérez, quien dijo que “lo lógico es
relicitar y aprovechar cada vencimiento para ir mejorando la infraestructura,
ya que el país va a seguir creciendo. Siempre va a existir
la posibilidad de ir mejorando el estándar, la calidad,
aumentando las exigencias, pero la idea es que siga siendo operada
por privados”.
En tanto, la investigadora del Instituto Libertad y Desarrollo
(LyD), María de la Luz Domper, consideró como positivo
que se vuelvan a licitar los proyectos y que la idea se anuncie
con anticipación, ya que evita que en los últimos
años de la concesión se produzca un desincentivo
en calidad. Sin embargo, advirtió que una posible relicitación
de las obras implica una revisión en los valores de los
peajes, ya que no se puede estar pagando lo mismo que ya se financió. “Cuando
terminen los plazos hay dos opciones: vuelve a manos del Estado
y no se cobra nada o se relicita, pero no como el contrato original,
sino la mantención y cobrando un cargo menor”, apuntó.
Por su parte, el ministro Etcheberry explicó que en vez
de buscar disminuir los peajes se privilegiará el realizar
nuevas obras. “Como este país está creciendo
y seguirá así, habrá que aumentar las pistas,
hacer más pasos bajo y sobre nivel, así que es difícil
que bajen los peajes sino que van a seguir mejorando las carreteras”,
sostuvo.
Sin querer entrar en detalles sobre el tema, por no ser parte de
los objetivos del gremio, para el presidente de la Asociación
de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública (Copsa),
Claudio Hohmann, el Estado no sólo ha ganado en la provisión
de infraestructura y en la administración, sino también
en la mantención, “por lo que me daría la impresión
que se va a continuar relicitando”. |
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