Volver a Chicureo.com/noticias
Santiago de Chile, Miércoles 29 de Marzo de 2000
fuente: El Mercurio Electrónico. Por Iván Gajardo

El Espino Entró en Agonía

La Acacia caven es la especie leñosa más característica del Chile central. Utilizada por generaciones en la producción de carbón vegetal, se encuentra al borde de desaparecer. Expertos abogan por su recuperación dado su importante papel para restaurar los biosistemas degradados en ambientes de secano.



Desde antes de la llegada de los conquistadores españoles, la vegetación predominante en las llanuras del secano interior de Chile central estaba mayoritariamente constituida por un denso matorral esclerófilo, similar al de otras regiones del planeta de clima mediterráneo. Así lo indican estudios desarrollados en 1996 por expertos participantes en el diálogo Recuperación y Manejo de Ecosistemas Degradados en países del Cono Sur, realizado en el centro experimental del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), en Cauquenes.

En los últimos 400 años, la mayor parte de estos terrenos se han visto fuertemente artificializados para el uso agrícola y de ganadería en ambiente de secano.

Desde un punto de vista ecológico ello ha causado la pérdida de biodiversidad en el paisaje y una merma en la estabilidad del ecosistema y de su potencial productivo en el largo plazo. La Acacia caven o espino común constituye la formación vegetal leñosa más importante del Chile central. Tradicionalmente usada como combustible, sus hojas y frutos son también alimento para el ganado, factores que en conjunto han favorecido su paulatina desaparición. Por ser una especie fijadora del nitrógeno, juega también un importante papel regulador en el ciclo de este elemento.

REY ABATIDO

La cada vez más escasa presencia de espinales en la zona del secano central preocupa a los expertos, que denuncian que cientos de miles de hectáreas de esta especie han sido convertidas en leña y carbón vegetal para calderas o la tradicional elaboración de asados.

Contribuye también a su paulatina desaparición el que los terrenos que ocupa la especie estén siendo utilizados para plantaciones de pinos y otras especies ligadas a la explotación forestal. De allí que estudiosos como Carlos Ovalle, Fernando Fernández, Julia Avendaño y el norteamericano James Aronson realcen la importancia del espino y aboguen por su conservación y manejo.

A juicio de los especialistas, esta acacia constituye un potencial aporte para el agrosistema, siendo objeto de estudio y conservación en varios de los países de la región, como quedó de manifiesto en un reciente encuentro del Programa Cooperativo para el Desarrollo Agropecuario del Cono Sur, con asistencia de especialistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, países miembros del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

En la ocasión se señaló la importancia de lograr una rehabilitación ecológica y económica de los ecosistemas agrícola-ganaderos, en la que los espinales juegan un importante papel.

Los estudios han permitido determinar la relación directa entre la cobertura de la estrata leñosa Acacia caven y la fitomasa herbácea desarrollada a su cubierto, con especies vegetales de un ciclo biológico más prolongado. De allí el valor pastoral de los espinos, al permitir una permanencia mayor, de entre 25 a 35 días, de la vegetación de valor forrajero. Proporcionalmente, no más de un 2 % de los espinales ha sido objeto de un manejo sistemático, con vistas a constituir un sistema silvopastoral estable.

Entre las conclusiones del diálogo especializado convocado por el INIA, se sostiene que la intervención para el mejoramiento de la masa arbórea espinal va más allá de un simple cambio en el manejo silvícola tradicional, siendo necesario reforestar o enriquecer la estrata leñosa y herbácea espinal con nuevas especies.

Su uso es especialmente recomendable en la restauración y rehabilitación de los agrosistemas degradados del secano interior, a través de la introducción de especies de crecimiento más rápido que el espino común, método experimental que se iniciara en nuestro país en 1998.

DE CHILE A FRANCIA

El experto norteamericano James Aronson, de la Universidad de Montpellier, en Francia, es uno de los estudiosos extranjeros que más conocen acerca de los espinales de los llanos chilenos.

En su afán por conocerlos en profundidad ha llevado sus semillas a Europa, intentando introducir esta acacia en el medio mediterráneo francés, dado su alto valor ecológico y como conservador de forrajeras en la apertura de nuevos terrenos de pastoreo.

En suma: los espinos no sólo sirven como combustible, sino también como una especie con alta capacidad en el arraigo de ecosistemas, evitando la degradación de los terrenos en el medio secano.

¿Dónde Está?

La Acacia caven se desarrolla en áreas de clima mediterráneo, en una extensión de mil kilómetros de longitud comprendida entre los paralelos 30 y 37 grados de latitud sur.

El núcleo más importante corresponde al ecosistema del espinal, formación en que se asocian la estrata leñosa Acacia caven y el pastizal anual, que alcanza su mayor desarrollo en la depresión central y en los pie de montes de las cordilleras de la Costa y de los Andes, desde la región semiárida del Norte Chico hasta el límite septentrional de la región húmeda, entre las latitudes 32 y 37 grados sur.

Un segundo grupo importante lo constituyen los terrenos de pastoreo de la región mediterránea árida, entre los 29 y 32 grados de latitud sur, desde Copiapó a La Serena.

La especie se distribuye preferentemente en los sectores de secano de la depresión central y en la vertiente oriental de la cordillera de la Costa.

Más al norte, en las regiones áridas y preáridas, los espinales existen en comunidades preferentemente localizadas al fondo de los valles longitudinales bajos.

Volver a Chicureo.com/noticias